España vuelve a vivir la “fiebre del oro” por la energía del futuro. Las energías renovables se han convertido en las abejas reina del abastecimiento en España. 2023 fue el año más renovable de su historia, con un registro máximo histórico de producción (más de 135.000 Gh). La situación actual de las renovables en el territorio español aumenta cada día, especialmente si hablamos de eólica o fotovoltaica.
Las renovables están basadas en el uso de diferentes recursos naturales, como el sol, el viento o el agua como fuentes de energía, dado que son fuentes naturales que se renuevan ilimitadamente. Como carecen del uso de combustibles fósiles, su impacto ambiental es más bajo, ya que no generan contaminantes graves como los que sí tienen su origen en energías sucias, contaminantes o no renovables.
De esta manera, las renovables se conocen como energías verdes, alternativas a las basadas en el empleo de combustibles fósiles, que dañan el medio ambiente a causa de los residuos que producen.
España va por la energía del futuro: revive la “fiebre del oro”
España está viviendo una fiebre por las plantas que combinan solar y eólica. Las energéticas ya trabajan en nuevos proyectos por 10.000 millones. Repsol, Endesa, Iberdrola, Naturgy, Acciona o Capital Energy están tramitando varias iniciativas de hibridación por medio de Transición Ecológica.
La fiebre por los proyectos que combinan energía solar y eólica ha regresado. En los últimos meses ha quedo constancia de ello. Varios promotores presentaron la documentación inicial de nuevas plantas híbridas en busca de los permisos ambientales. Así España ya suma cerca de 10.000 megavatios (MW) de proyectos que buscan la aprobación ambiental por medio del Ministerio de Transición Ecológica.
Dichos parques, que representarían una inversión de unos 10.000 millones de euros de acuerdo a los precios actuales del mercado, consienten la combinación de ambas tecnologías para aprovechas diferentes horas de producción. Algunos agregarán baterías para almacenar parte de la energía generada.
Entre la documentación presentada al Gobierno, resalta la hibridación de algunos proyectos prestigiosos, como el Delta II de Repsol (Aragón), uno de los mayores complejos renovables de la empresa. En 2021, la petrolera vendió a Pontegadea, el polo inversor de Amancio Ortega, el 49% de la cartera, en la que se contemplaba un potencial de hibridación de 279 MW.
Hoy la empresa encabezada por Josu Jon Imaz se encuentra tramitando un parque de 57 MW de fotovoltaica que completaría la instalación eólica que ya existe en Las Majas, parte del complejo Delta II.
España planea hibridar su energía
El proyecto de Endesa para el cierre de la central térmica de Andorra (Teruel), en el nudo de Mudéjar de Andorra, está nombrado en la lista de los parques que las energéticas tienen en la mira para hibridar. Este macrocomplejo abarca una potencia instalada de más de 1.800 MW con 14 plantas renovables.
También agrega dos centros de almacenamiento con baterías, un electrolizador para la producción de H verde y un compensador síncrono. Fue el pasado jueves cuando el proyecto de Teruel fue publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Con esto, activa el trámite de información pública para adquirir los permisos de las siete centrales fotovoltaicas combinadas con otras siete plantas eólicas.
Cabe destacar que la hibridación de renovables consiste en combinar dos o más fuentes de energía limpia que emplean la misma estructura de evacuación, compartiendo una única conexión a la red. Con este concepto por bandera, España revive la “fiebre del oro” por la energía del futuro, la combinación de las renovables solar y eólica. Una implementación de energías renovables que requiere de criterios sólidos y definidos por las autoridades pertinentes.
