Italia prohíbe la energía fotovoltaica y genera una situación impactante en Europa. España está mirando de cerca sus movimientos. La energía es uno de los principales sectores que contribuyen al cambio climático, dada la dependencia que tiene la humanidad a los combustibles fósiles. Poco a poco, y con el afán por cumplir los objetivos impuestos por diferentes naciones, están llegando nuevas propuestas para explotar energías renovables e ir dejando de lado los fósiles, que emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Una de las renovables más popular es la energía solar, también llamada energía del Sol. Es la energía del Sol que llega a la Tierra en forma de radiación electromagnética. Esta se genera a partir de reacciones de fusión nuclear. Es un tipo de renovable, por lo que se la considera energía limpia, que no genera contaminantes o al menos no tanto como los que acarrean las no renovables.
Hablamos de energía solar fotovoltaica cuando la solar se convierte en energía eléctrica a partir de paneles solares.
Italia toma una decisión tajante que Europa y España miran de cerca
Italia ha prohibido la instalación de placas fotovoltaicas en tierras agrícolas. El Gobierno italiano va a regular de manera más exhaustiva la llegada masiva al campo de instalaciones fotovoltaicas y prohíbe la instalación de placas solares en terrenos agrícolas. De esta manera, prioriza la protección de agricultores y el equilibrio ecológico, según SOS Rural.
Es un movimiento político “absolutamente decisivo para el conjunto del campo en el sur de Europa, que está siendo presionado por regulaciones locales y nacionales que facilitan el ‘alicatado’ masivo de tierras de cultivo propiedad de agricultores previamente atosigados con una legislación que hace inviable su actividad”, declara SOS Rural.
Este movimiento se ha recibido con aplausos por parte de la organización, que considera que “Italia sienta un precedente que nos anima a seguir denunciando los abusos de políticos y multinacionales frente a agricultores y ganaderos”.
El accionar del gobierno italiano también viene acompañado de preocupación por la extensión de la desertificación que ocasiona la instalación masiva de placas, puesto que, por su causa, no crece nada. Esto sucede por los herbicidas que se aplican. El resultado es que el suelo queda yermo.
Para la plataforma que agrupa a organizaciones de toda España para proteger la agricultura, la ganadería, la pesca y el turismo rural SOS Rural, la decisión de Italia es un hito y “va de sentido común”.
España se pronuncia sobre la última decisión de Italia con la fotovoltaica
Bajo estas circunstancias, SOS Rural ha abierto un canal de escucha para mantenerse informada de las diferentes situaciones personales que atañan a los “agricultores de buena parte de España”. “Es el momento de reafirmar el papel fundamental de la agricultura en nuestras sociedades y la actividad en general en el mundo rural, reconociendo que su protección es una responsabilidad compartida”, acota SOS Rural.
¿Por qué Italia prohíbe la energía fotovoltaica?
Lo que plantea su ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, es que lo mejor para los campos es regular el empleo de paneles solares dado que la tierra sirve principalmente para la producción agrícola. El gobierno italiano garantiza que podrían instalarse campos de paneles solares en áreas concesionadas a los ferrocarriles, a los concesionarios de aeropuertos, en minas y canteras, además de espacios de protección de la franja de autopistas, entre otras opciones.
Tomando como referencia al gobierno italiano, la SOS Rural promueve la toma de una iniciativa similar por parte del gobierno español para proteger el suelo. En definitiva, la decisión de Italia respecto a la energía fotovoltaica pone a España en alerta y abre un nuevo abanico de posibilidades.