Dinamarca fusiona por primera vez viento, sol, agua y aire. Ha logrado 5.000 toneladas de una rara sustancia. La mitigación del cambio climático depende, especialmente, de un cambio radical en la forma de generar y utilizar energía. Diferentes industrias necesitan dejar de depender de los combustibles fósiles y pasarse a las renovables. En este contexto, el ser humano ya sido testigo de ambiciosos proyectos como el despliegue monumental de hidrógeno verde que encabeza España.
La supervivencia humana y del planeta requiere de un modelo energético basado en el uso de renovables y con precios asequibles para todos. A estas alturas de la historia, la humanidad tiene claro que la energía es uno de los grandes motores el desarrollo. Sin embargo, parte de su producción es la principal causa de la crisis climática que amenaza tanto el entorno que nos rodea como a nosotros mismos.
Para cambiar esta realidad y darle un vuelco a la situación, diferentes naciones y compañías dedicadas a la energía trabajan para traer nuevas formas de generar y consumir energía. De esta manera, Dinamarca se ha animado a fusionar por primera vez viento, sol, agua y aire. Ahora tiene en sus manos 5.000 toneladas de una sustancia rara que podría ser justo lo que estamos buscando para despedirnos de los fósiles.
Dinamarca utiliza viento, sol, agua y aire para crear la sustancia más buscada
Dinamarca ha logrado fabricar amoniaco por primera vez directamente con energía eólica y solar. Con esta fusión, ha conseguido 5.000 toneladas de amoniaco verde al año. Tres empresas danesas (Topsoe, Skovgaard Energy y Vestas) han unido fuerzas y conocimiento para fabricar amoniaco verde de la forma más eficiente del mundo. La fábrica de Ramme es la primera preparada para funcionar de manera directa con fuentes de energía intermitentes.
El primer paso que lleva adelante para iniciar su proceso es la producción de energía limpia. La planta obtiene electricidad de un parque de energías renovables situado a unos metros de distancia. Antes de que se construyera la fábrica de amoniaco, este parque ya disponía de 6 turbinas eólicas Vestas V80 de 2 MW.
La llegada de este proyecto incorporó la instalación de 50 MW en paneles solares bifaciales. Esta nueva capacidad solar fue agregada los 12 MW de potencia que ya había instalada por los aerogeneradores. Es la primera vez que un parque híbrido eólico y solar es conecta de manera directa a una planta de amoniaco.
El segundo paso del proceso es la electrólisis del agua. La energía limpia creada por los paneles solares y las turbinas eólicas se emplea para abastecer un electrolizador, un dispositivo que aplica electricidad en el agua para lograr la descomposición de moléculas de H20 en hidrógeno y oxígeno. Este proceso es el mismo que se ejecuta para la generación de hidrógeno verde, pero en este caso es un paso intermedio para la obtención de amoniaco.
Dinamarca produce amoniaco con agua, sol, aire y viento
La síntesis del amoniaco es el tercer y último paso ejecutado. El hidrógeno adquirido con la electrólisis es combinado con nitrógeno, extraído del aire, en un proceso llamado síntesis de Haber-Bosch. Este procedimiento se efectúa en un “bucle de síntesis” adaptado para funcionar eficazmente pese a la naturaleza intermitente de las fuentes de energía renovable.
Una de las innovaciones y rasgos distintivos de esta planta es que puede ajustar la producción a las fluctuaciones en tiempo real de la energía solar y eólica. La planta de Ramme generará 5.000 toneladas anuales de amoniaco verde, que puede utilizarse posteriormente como fertilizante, combustible y portador de hidrógeno, todas aplicaciones libres de carbono vinculadas a su producción.
Dinamarca ha conseguido una hazaña histórica con la sola fusión de viento, agua, sol y aire que podríamos comparar con el ‘coloso’ de la energía solar.