El futuro de la humanidad podría estar bajo el mar. Así lo ha determinado un prestigioso estudio que sorprende tanto como la “bomba” que lanzará Norteamérica en el mar. La energía marina tiene un gran potencial como fuente de energía limpia, renovable y abundante. En este aspecto, la investigación y desarrollo de tecnologías que tienen que ver con ella están permitiendo aprovechar de manera más eficiente los recursos naturales para satisfacer las necesidades energéticas globales. El objetivo mayoritario de acudir al océano es abastecer de energía al ser humano sin necesidad de comprometer el medio ambiente.
Además de aprovechar las diversas fuentes de energía presentes en los océanos, esta forma de energía presenta grandes ventajas y aplicaciones. La también llamada energía oceánica es un tipo de energía renovable obtenida a partir del océano y sus recursos naturales. Tiene que ver con aprovechar la energía contenida en el agua de los océanos y mareas para producir electricidad u otras formas de energía útiles: olas, mareas, corrientes marinas, gradiente térmico oceánico y energía osmótica.
Hay diferentes tipos de energía marina: mareomotriz, de corrientes marinas, undimotriz o maremotérmica. Sin embargo, ninguna de ellas es la protagonista esta vez. La humanidad tendría su futuro bajo el mar, pero lo encontraría en un recurso inexplorado hasta ahora.
La humanidad encuentra lo impensado bajo el mar
Una investigadora de Yale ha descubierto que las almejas gigantes del Pacífico Occidental pueden llegar a ser el sistema de energía solar más eficiente del planeta. El hallazgo de Alison Sweeney desliza en un estudio liderado por Yale que los diseñadores de paneles solares y biorrefinerías podrían encontrar una importante fuente de conocimiento en las almejas iridiscentes que viven cerca de los arrecifes de coral tropicales.
Las almejas gigantes presentan geometrías precisas, distribuidas en columnas verticales dinámicas de receptores fotosintéticos cubiertos por una capa delgada cuya función es dispersar la luz. Esta metodología podría lograr que las almejas resulten más eficientes en la conversión de energía solar que cualquier otra tecnología de paneles solares. “Es contraintuitivo para muchas personas, porque las almejas operan bajo una luz solar intensa, pero en realidad son muy oscuras por dentro”, expuso Alison Sweeney, profesora de física y biología evolutiva y ecológica en la Facultad de Artes y Ciencias de Yale.
“La verdad es que las almejas son más eficientes en la conversión de energía solar que cualquier tecnología de paneles solares existente”, agregó, según registra la web de Yale. En el nuevo estudio, difundido en la revista PRX Energy, un grupo de investigación con Sweeney a la cabeza mostró ante el mundo un modelo analítico para estipular la eficiencia máxima de los sistemas fotosintéticos basados en la geometría, el movimiento y los rasgos de dispersión de luz de las enormes almejas. Este análisis es el último de varios estudios llevados adelante por el laboratorio de Sweeney.
El mar escondía lo que la humanidad lleva siglos buscando
Las almejas gigantes ubicadas en las aguas poco profundas de Palau, en el Pacífico Occidental, son fotosimbióticas. Este término quiere decir que existen algas unicelulares en su superficie que absorben la luz solar después de que la luz se reparta por una capa de células (iridocitos).
“Mis colegas y yo seguimos reflexionando sobre dónde más en la Tierra podría ocurrir este nivel de eficiencia solar. También es crucial reconocer que solo podemos estudiar la biodiversidad en lugares donde se mantiene”, asegura Sweeney. Lo descubierto en el mar podría servir de inspiración para el desarrollo de nuevas y más eficientes tecnologías de energía renovable: “Podría imaginarse una nueva generación de paneles solares que cultiven algas, o paneles solares de plástico económicos hechos de un material elástico”.
Con este importante descubrimiento, la humanidad vislumbra una nueva realidad gracias al mar. Se trata de una proyección tan impactante como “La Vaca Muerta” en medio del océano.