Un panel solar con calefacción y aire acondicionado irrumpe el sector energético y sorprende a la industria. El secreto de su éxito está en su extraño color. Si creíste haberlo visto todo con el panel solar más futurista de la historia, no puedes perderte lo que viene a continuación. El mundo cada vez tiene una conciencia mayor sobre la importancia de la sostenibilidad y la transición hacia fuentes de energía renovables. La alta huella ambiental de los combustibles fósiles está obligando a la humanidad a buscar nuevas formas de abastecimiento.
En este contexto, los paneles solares han tomado un gran protagonismo como herramienta energética por excelencia. Son conocidos en todo el planeta y utilizados tanto por usuarios individuales como por compañías relevantes, en edificios, casas, campos y otras superficies. Ofrecen una solución limpia y renovable que promete un futuro más prometedor y ecológico para todos, un aspecto que toma especial importancia dado el escenario actual.
Captan la luz sol, una fuente de energía inagotable y limpia, pasando la radiación solar a electricidad sin producir emisiones dañinas para el medio ambiente. Esto disminuye de manera significativa la dependencia a los contaminantes combustibles fósiles. Bajo estas circunstancias, varias firmas trabajan para mejorar esta tecnología que tantas satisfacciones le ha dado al ser humano. Ahora ha llegado un panel solar que tiene calefacción y aire acondicionado con un extraño color que tiene al mundo en vilo.
El panel solar más misterioso del mundo: tiene calefacción y aire acondicionado
Un investigador polaco ha inventado un panel de refrigeración radiativa que disminuye el consumo de aire acondicionado. Se trata de un panel de enfriamiento por radiación, que aprovecha el frío del espacio para la comodidad en la tierra. Bajo la firma Kuuler, desarrolla una tecnología revolucionaria de enfriamiento pasivo por radiación. La meta es bajar sustancialmente el coste de enfriamiento con un método óptimo para aplicaciones industriales e individuales.
La inspiración llegó durante unas vacaciones en el sur de Europa. Allí las temperaturas sobrepasaban los 40 grados Celsius. Su paso por esta zona del mundo destacó la diferencia entre las personas que podían permitirse sistemas de enfriamiento y las que no. Tras leer un artículo científico sobre la radiación térmica, los fundadores, Michał Kukulski y Agnieszka Biskup-Żbikowska, decidieron hacer un experimento que resultó satisfactorio. Más tarde, llegó la Dra. Marta Michalska Domańska al equipo.
La tecnología Kuuler usa la reflexión de la luz solar en el espectro visible y en el infrarrojo (7-10 µm). Su radiación infrarroja atraviesa el aire sin calentarlo, un aspecto que mejora la disipación de calor y hace posible el enfriamiento de la superficie pintada por debajo de la temperatura ambiente. Un efecto conseguido a través de moléculas de BaSO4 (sulfato de bario) de un tamaño específico.
Claves del panel solar con calefacción y aire acondicionado
Cabe resaltar que esta tecnología dispone de tres elementos clave. El primero es la pintura, que tiene una mayor emisión de radiación total que absorción especialmente en el espectro de la venta atmosférica. Por otra parte, el segundo elemento clave es el panel cubierto con pintura.
Cuenta con una estructura liviana, instalada en los techos, abarca una entrada de líquido en la que la temperatura del fluido es superior al entrar que, al salir, incluso cuando se encuentra bajo una exposición solar moderada o baja. En la siguiente fase de pruebas se analizará el comportamiento de la tecnología ante una mayor exposición solar e insulación.
El tercer punto clave de este panel solar es el aire acondicionado. Va conectado a una unidad de enfriamiento, aprovechando la frescura adquirida. En la actualidad, el prototipo dispone de una eficiencia de 58 W/m2 en la sombra y 38 W/m2 bajo el sol directo.
Kuuler ha validado un prototipo de concepto y su plan es continuar con la investigación durante cinco años, hasta poder comercializar este panel solar con calefacción y aire acondicionado. Una proeza que probablemente esté a la altura del primer panel solar con vida propia.