Un protocolo realizado por el grupo de investigación de la Universidad del País Vasco (EHU) dedicados a la ecología fluvial ha logrado determinar que las baldosas de mármol, las tiras de algodón y las hojas de aliso y plátano, son materiales eficaces a la hora de medir la salud de los ríos.
Este método emplea estos materiales con el fin de medir la producción y descomposición de la materia orgánica, permitiendo a los gestores ambientales evaluar de manera sencilla y asequible la salud de los ríos.
El estudio concluyó que las hojas de aliso ayudan a estudiar el nivel de la descomposición y los macroinvertebrados. A la vez que las tiras de algodón y el plátano resultan muy eficientes para la descomposición microbiana y para estudiar la producción primaria y las algas, se emplean baldosas de mármol.
Un protocolo de alerta temprana para medir la salud de los ríos en Vitoria
El grupo de investigación de la ecología fluvial de la Universidad del País Vasco EHU ha comprobado que las baldosas de mármol, las hojas de aliso y plátano y las tiras de algodón son materiales muy útiles para conocer el estado del ecosistema de los ríos.
El grupo ‘Stream Ecology’ de la EHU ha puesto a prueba distintas formas de medir la calidad de los ríos en tres arroyos del anillo verde de Vitoria y a partir de esos ensayos ha diseñado un protocolo con indicadores de alerta temprana que permite a gestores ambientales valorar con mayor precisión la salud de los entornos fluviales.
Con el objetivo de unificar los métodos para evaluar la salud de los ríos y ofrecer una guía sencilla y asequible a las entidades de gestión ambiental, la investigadora del grupo Diana Rojo ha analizado el rendimiento de distintos materiales que permiten medir los procesos de descomposición y producción de materia orgánica en tres arroyos de zonas agrícolas de Vitoria.
En los ensayos se probaron elementos tan variados como baldosas de mármol, hojas de aliso y de roble, depresores linguales utilizados en medicina, tiras de algodón, bolsitas de té y hojas de plátano con el fin de determinar cuáles resultaban más eficaces como indicadores ecológicos y ambientales.
Las investigadoras introdujeron estos elementos y los mantuvieron incubando durante cuatro semanas para comprobar qué sustratos indican de una manera más eficiente y en un plazo más corto los cambios en el estado de los arroyos.
Baldosas, hojas y algodón: materiales sencillos para evaluar los ecosistemas fluviales
En términos generales, las conclusiones son que para llevar a cabo estudios eficientes con recursos limitados, tanto en tiempo como en dinero, las hojas de aliso es el mejor sustrato para estudiar la descomposición total y las comunidades de macroinvertebrados, que las de plátano y las tiras de algodón son muy eficientes para estudiar la descomposición microbiana y que las baldosas de mármol sirven para estudiar parte de las algas o de la producción primaria.
Los materiales propuestos además son «bastante universales», lo que facilita que este estudio se pueda reproducir en diferentes lugares sin problemas.
En opinión de las investigadoras de la EHU es fundamental saber evaluar la salud de los ecosistemas para poder poner remedio a la contaminación, y la profesora Luz Boyero recuerda que los ecosistemas fluviales son «fundamentales en los ciclos de carbono, en los ciclos de nutrientes, y muchas veces son los grandes olvidados«.
Entre las ventajas principales que tiene este protocolo destaca por ser muy asequible, puesto que proporciona una guía fácil de usar para los gestores del sector.
Por otra parte, el método es universal, puesto que los materiales recomendados pueden encontrarse prácticamente en todos lados, por lo que el método, no solo es sencillo, rápido y económico, sino fácilmente reproducible. Seguir leyendo en EFE / ECOticias.com
















