Guerras desbocadas, cambio climático galopante, una revolución tecnológica llena de promesas, pero también de peligros: el mundo atraviesa una etapa repleta de riesgos, y lo hace en medio de un claro deterioro de la gobernanza global y de un auge de planteamientos nacionalistas.
Este explosivo mix es el que ha inducido al millar de expertos consultados por el foro de Davos a expresar opiniones pesimistas con respecto al futuro de la humanidad y el Planeta.
Ecologistas denuncian en Davos que la codicia de las élites supone un peligro para la democracia, la seguridad de la ciudadanía y el Planeta. Para los ecologistas es necesario reformas fiscales justas y verdes, incluyendo mayores impuestos a los superricos para garantizar el bienestar de la ciudadanía
Asimismo, piden la aprobación en nuestro país del gravamen temporal a las grandes energéticas, que se somete a aprobación en el Congreso de los Diputados el próximo miércoles, como medida de justicia fiscal y de refuerzo de la acción climática.
Es indignante que políticos, directores ejecutivos y la élite poderosa se reúnan en Davos para debatir sobre los desafíos globales mientras el mundo arde y las personas luchan por satisfacer sus necesidades básicas y enfrentarse a los impactos climáticos cada vez más graves. La desigualdad, la crisis climática y la crisis ambiental están íntimamente vinculadas.
Hay una solución: los súper ricos deben pagar su parte justa de impuestos. No falta dinero para abordar las crisis climática, ambiental y social; simplemente está en los bolsillos equivocados, y es hora de que las élites contaminantes y ricas paguen.
2024 se ha confirmado como el año más cálido registrado, con eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes e intensos, como los recientes incendios forestales en Los Ángeles, la DANA en València o la sequía en el Amazonas. Mientras tanto, la desigualdad sigue aumentando: los cinco hombres más ricos del mundo se hacen más ricos mientras cinco mil millones de personas a nivel global se empobrecen.
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cooperación Internacional en Materia Fiscal
Hay suficiente dinero para abordar los desafíos globales. Según un nuevo cálculo fiscal de los ecologistas, se podrían recaudar 185 mil millones de euros gravando los ingresos y la riqueza de los súper ricos solo en Europa.
Fondos que podrían invertirse en bienestar social en beneficio de las personas y el planeta, como una acción climática más robusta y social, el ahorro de energía, el acceso a viviendas sociales y sostenibles, en transporte público accesible, la restauración de ecosistemas y la lucha contra la crisis climática.
El año 2025 ofrece oportunidades críticas para reformar las normas fiscales globales, y el llamamiento a una tributación justa es demasiado fuerte para ser ignorado. Los gobiernos deben demostrar un verdadero liderazgo en este momento de necesidad global y las élites no pueden poner de perfil.
Ecologistas están pidiendo reformas a nivel nacional e internacional que permitan una tributación justa sobre los ingresos y la riqueza de los individuos ultra ricos.
Ecologistas, representantes de la sociedad civil y sindicatos a nivel internacional, así como a una abrumadora mayoría de países en todo el mundo que apoyan una Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cooperación Internacional en Materia Fiscal, la cual está siendo negociada hasta 2027.
Mientras en nuestro país, y a pocos meses después de la DANA que arrasó Valencia y que provocó la muerte de más de 200 personas, el Congreso de los Diputados votará este miércoles 22 el Real Decreto aprobado por el gobierno el pasado mes de diciembre que permitiría la prórroga del gravamen a las empresas energéticas.
Una medida, a juicio de los ecologistas, es muy necesaria para afrontar un contexto marcado por los daños climáticos crecientes y los abusos del oligopolio energético.
Solo Repsol genera el 62% de las emisiones del IBEX
En medio de la onda expansiva de las oligarquías irresponsables, la ciudadanía tiene que hacer valer su poder democrático y defender el dinero público. La extensión del gravamen a las grandes energéticas es una medida de justicia fiscal frente a un oligopolio que se llena los bolsillos a costa de la ciudadanía mientras agudiza la crisis climática.
El dinero público es clave en circunstancias de extrema dificultad social y económica – como los vividos con la DANA en el pasado octubre – y para reforzar una transición energética justa y coherente, los ecologistas piden a los grupos políticos que no caigan en el chantaje de las grandes eléctricas y que defiendan los intereses de la ciudadanía.
El oligopolio energético en España alcanzó un nivel de beneficios y distribución de dividendos récord en 2024 y es el principal responsable de la emergencia climática.
Solo Repsol genera el 62% de las emisiones del IBEX. Según cálculos delos ecologistas, tres cuartas partes de los daños provocados por estas emisiones no están cubiertos.
En 2023 el oligopolio invirtió 6.500 millones de euros en energías fósiles poniendo en riesgo los compromisos climáticos del país y la seguridad de la ciudadanía.
Es el momento de aprobar el gravamen y de tomar medidas para que las empresas contaminantes y los superricos se hagan responsables de agudizar la emergencia climática y poner en riesgo la democracia.