La comarca de Somontano de Barbastro, en Huesca, es conocida por su riqueza agrícola y su biodiversidad, pero enfrenta desafíos derivados de la modernización y el abandono de prácticas tradicionales. De ahí, la puesta en marcha de proyectos que cuiden de la zona y apuesten por una ganadería y una agricultura más sostenible.
Y una de estas iniciativas es la que conoceremos a continuación y que se basa en una actuación integral que busca preservar y potenciar el patrimonio rural y natural de esta región aragonesa. Un proyecto que pretende revertir esas amenazas mediante la implementación de medidas sostenibles que fomenten la conservación del ecosistema y el desarrollo rural.
Olivares, huertos y pastoreo: triángulo protagonista en el cuidado de la comarca de Somontano de Barbastro
En el marco del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino Saborea Guara Somontano, la Comarca de Somontano de Barbastro (Huesca) lanza el proyecto de Protección del Paisaje: Olivares Vivos, Huertos Perimetrales y Pastoreo Preventivo, financiado por los fondos Next Generation-UE a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
El proyecto se articula en tres líneas de trabajo complementarias —olivares vivos, huertos perimetrales y pastoreo preventivo— que combinan medidas de conservación, recuperación del paisaje y prevención de incendios.
Desgranando el proyecto
La primera línea de actuación se centrará en implantar el modelo Olivares Vivos, una iniciativa que se implementó en Andalucía a través de un proyecto LIFE y que se ha extendido a otras regiones del Mediterráneo. En las fincas participantes, se aplicará un manejo mecánico de la cubierta vegetal y se llevarán a cabo pequeñas actuaciones para incrementar la presencia de fauna y flora: instalación de cajas nido para aves y murciélagos, nidales para insectos y plantaciones puntuales de especies autóctonas en taludes o márgenes a modo de “islas de biodiversidad”.
Estas acciones de alto impacto ecológico proporcionarán refugio y alimento a numerosas especies beneficiosas para el ecosistema agrario. Un seguimiento de indicadores medioambientales —aves, insectos y vegetación— permitirá evaluar el éxito de las medidas y allanar el camino hacia la certificación Olivares Vivos, que distinguirá a los aceites producidos bajo este modelo como productos comprometidos con la conservación.
La segunda línea de actuación del proyecto está orientada a la recuperación de antiguos huertos situados en zonas perimetrales de núcleos urbanos. Estos espacios, antaño esenciales para el autoabastecimiento y hoy en gran parte abandonados, se transformarán de nuevo en áreas productivas y vivas, integrando la horticultura tradicional con criterios de sostenibilidad. De esta manera, se logra un doble objetivo: prevenir incendios, disminuyendo el combustible vegetal, y potenciar el producto local.
El tercer eje del proyecto pretende minimizar la carga de combustible en determinadas zonas mediante el pastoreo preventivo. A través de la gestión de rebaños en zonas estratégicas cercanas a pueblos, como carreteras, líneas eléctricas y áreas de cortafuegos, se reducirá la carga de combustible vegetal que alimenta los incendios forestales, disminuyendo así el riesgo y la intensidad de posibles incendios. Para optimizar este manejo, se instalarán cercados en algunas áreas, se habilitarán puntos de agua y se aportará alimentación suplementaria en zonas donde la vegetación sea escasa o poco atractiva para el ganado.