Un estudio, que ha sido presentado en la COP30 y elaborado por la ONG ILEPA, ha concluido que sin las prácticas de gestión ni los conocimientos y de los pueblos indígenas, el mundo perdería el 40% de los grandes ecosistemas y de los biomas intactos.
Es importante destacar que estos paisajes bien conservados están incluidos en las zonas donde los indígenas ejercen un control total sobre dichos ecosistemas, que actúan como sumideros de carbono funcionales y confiables.
Las zonas que gestionan los indígenas sustentan la regulación del agua, el almacenamiento de carbono y a la biodiversidad, por lo que la labor indígena funciona como un ‘estabilizador planetario’ que debe ser valorado.
Pueblos indígenas, biomas intactos: el escudo invisible que sostiene los grandes ecosistemas del planeta
Sin gestión de los indígenas se perdería el 40 % de los biomas intactos, según un estudio. Sin los conocimientos y las prácticas indígenas, el mundo perdería el 40 % de sus grandes ecosistemas intactos y algunos de los sumideros de carbono más confiables del planeta, según un estudio elaborado por una ONG y presentado en la COP30.
El informe documentó más de 700 iniciativas, lideradas o asociadas con indígenas en todo el mundo, con el fin de exponer las contribuciones y la importancia de los pueblos indígenas en el cuidado del ambiente para fomentar su inclusión en las mesas de negociaciones y políticas.
“Estos paisajes intactos, al menos bien conservados, se corresponden con zonas en las que los pueblos indígenas tienen un control total”, afirmó uno de los coordinadores de la investigación, el keniano Kimaren ole Riamit.
Los guardianes del carbono: cómo la gestión indígena frena la crisis climática
Según el documento, elaborado por la ONG Contrapartes para la Mejora de los Medios de Vida Indígenas (ILEPA, por sus siglas en inglés), los pueblos indígenas gestionan aproximadamente el 25 % de la superficie terrestre mundial, más de un tercio de las reservas de carbono irrecuperables y aproximadamente el 40 % de los últimos ecosistemas intactos.
Estas zonas “sustentan el almacenamiento de carbono, la regulación del agua y la biodiversidad”, por lo que la labor de administración y gestión de los indígenas funciona como “un estabilizador planetario”.
A pesar de esto, el estudio sostiene que los pueblos indígenas muchas veces son incluidos “de manera superficial en las iniciativas climáticas” y los proyectos suelen llevarse a cabo “sin respetar sus derechos”. Riamit relató que una de las cuestiones claves para que las iniciativas tengan éxito es reconocer el territorio y la autodeterminación de los pueblos indígenas.
“Lo que hemos visto durante años es un reconocimiento simbólico de los sistemas y prácticas de conocimiento indígena en la acción climática, con muy pocas estrategias concretas para adoptar enfoques inspirados en el conocimiento indígena y muy pocos recursos para permitir la adopción de este conocimiento indígena”, contó el especialista.
“Cuando las iniciativas que pretenden ser soluciones a las acciones climáticas son diseñadas, desarrolladas y aplicadas de forma externa, total o predominantemente externa, las posibilidades de que dicha iniciativa fracase son muy altas”, manifestó.
En varios de los casos de estudio, los investigadores han identificado “reducciones cuantificables” de emisiones, como en los programas indígenas de gestión de incendios en Australia, que han reducido las emisiones en más de 1 millón de toneladas de carbono al año.
De beneficiarios a socios: por qué financiar proyectos indígenas multiplica el impacto climático
El informe invita además a pensar en los pueblos indígenas como socios de los proyectos, más que beneficiarios.
En los casos de estudio se comprobó que los fondos liderados por pueblos indígenas, si bien siguen siendo pequeños en comparación con la inversión global, han logrado movilizar más de 30 millones de dólares hacia más de 2.000 proyectos comunitarios.
Con datos que demuestran un alto retorno de la inversión, tanto a nivel ecológico como a nivel social, lo que posiciona a estas iniciativas como un modelo eficaz, equitativo y de alto impacto para dirigir la financiación climática hacia las soluciones más resilientes del planeta.
También constata que al combinar los conocimientos ancestrales con otros métodos científicos se crean estrategias más sólidas de pronóstico, adaptación y mitigación. “La coproducción de conocimientos liderada por los pueblos indígenas da como resultado predicciones más precisas, menores pérdidas y una mayor aceptación por parte de la comunidad”, dijo Riamit.
El especialista citó el ejemplo de los pastores en algunas partes de África, que combinan tecnologías indígenas de predicción con la ciencia a través de un sistema de información geográfica para crear una medida mucho más integrada.
“Pero esta asociación debe ser mutuamente respetuosa, mutuamente beneficiosa y debe basarse en el consentimiento libre e informado y en la autodeterminación de los pueblos indígenas”, recordó.
El estudio sostiene que, a pesar de su papel crucial, los pueblos indígenas son incluidos de forma somera en las iniciativas climáticas y muchos proyectos se llevan a cabo pasando por alto sus derechos.
El informe sugiere que se debe cambiar la visión que se tiene de los pueblos indígenas y que se debe empezar a considerarlos más que como beneficiarios, como socios de los proyectos y que se debe tener con ellos una relación basada en el respeto y el libre intercambio de conocimientos. Seguir leyendo en ECOticias.com / EFE
















