El consorcio automovilístico francés y el fabricante japonés trabajan de forma conjunta en el desarrollo y la producción de componentes para vehículos híbridos conectables a la red eléctrica, que tienen un menor consumo y unas emisiones de dióxido de carbono menores, y que cuentan con unas baterías voluminosas que pueden ser recargadas a través de un enchufe, lo que les diferencia de los híbridos tradicionales.