Las bicicletas eléctricas están ganando terreno rápidamente en todo el mundo. Cautivando al ciclista al que le atrae la idea de algo nuevo e ingenioso. A los adolescentes que buscan un vehículo innovador. Y a las personas de edad avanzada que optan por un medio de transporte, que le permite al conductor hacer un poco de ejercicio, pero con menos esfuerzo.
Los “abuelos ciclistas” gracias a las bicicletas eléctricas
Uno de los sectores en los que las bicicletas eléctricas tienen más aceptación es el de la tercera edad. Las personas son cada vez más longevas y además, se niegan a sentarse, a tejer o a mirar televisión. En vez de ello, se esfuerzan por disfrutar de una vida saludable, poniendo especial énfasis en hacer algo de ejercicio adecuado a sus necesidades y a su edad.
“Quien aprende a montar en bicicleta jamás se olvida de cómo se hace”, reza el dicho popular y una persona mayor que tiene buen uso de su funcionalidad motriz es capaz de volver a practicar formas “suaves” de ciclismo, aunque haga muchos años que no se monta en una bicicleta.
Pero cuando su estado físico no es el mejor o deben recurrir a la práctica del ciclismo como complemento de una dieta para bajar de peso o para evitar males mayores, la bicicleta eléctrica se convierte en el método más eficaz para poder mantenerse en forma. Y pasear, sin los inconvenientes del agotamiento muscular, que implicaría la sola opción del pedaleo.
Más ejercicio, mejor salud
Los geriatras recomiendan a sus pacientes que realicen algún tipo de gimnasia, practiquen un deporte o al menos caminen de manera regular, para mantener el tono muscular, impedir el agravamiento de ciertos tipos de afecciones como la pérdida de cartílago articular y para que no se pierda la funcionalidad motora.
Las bicicletas eléctricas ayudan a moverse y ejercitarse a todas aquellas personas que tienen algún tipo de reducción en la movilidad, puesto que se considera que hacer ejercicio resulta muy saludable, no importa los años que se tengan. Por eso, dentro de las recomendaciones que los especialistas gerontológicos indican, está el uso de estos vehículos de movilidad eléctrica.
Un cúmulo de ventajas
Cuando se sale a practicar ejercicio se debe ejecutar esta actividad contando con todas las precauciones y elementos que permitan minimizar los riesgos, para que la misma sea saludable y eficaz. Por eso para los mayores las bicicletas eléctricas pueden ser la solución a su necesidad de moverse y no caer en el sedentarismo.
Según estudios realizados en Reino Unido y EEUU, dónde se ha popularizado la costumbre de que los adultos mayores den largos paseos, el hecho de poder recurrir a uno de los pilares de la movilidad eléctrica, que les permite descansar sin dejar de moverse cuando lo crean conveniente, en vez de agotarse pedaleando o detenerse a tomar aliento es una ventaja muy significativa.
Además de la practicidad que implica el uso de una bicicleta eléctrica, para evitar el agotamiento físico, es un elemento que fuerza a los adultos mayores ser previsores, ya que recargar las baterías para tener siempre el vehículo a su disposición es una ayuda más para la fortificación de las células cerebrales y la memoria.
En cuanto al ejercicio en sí, practicar un ciclismo suave y de corte urbano en una bicicleta eléctrica, en una postura correcta, usando casco y protecciones para codos y rodillas y respetando todas las normas de seguridad es muy positivo para mantener la cantidad y calidad de la masa muscular, fortalecer el sistema circulatorio, evitar anquilosamientos a nivel articular y de la columna y por supuesto para reforzar y afianzar la salud mental.
Para quienes tienen mayor disposición y unas condiciones físicas adecuadas, este ejercicio puede realizarse durante tiempos mayores e incluso en terrenos algo más escabrosos, como bosques o rutas de senderismo suave, fomentando en ellos el deseo de superación, que no tiene por qué decaer con la edad.
Muy pocas desventajas
El peso de los vehículos era una de las pocas desventajas que veían los médicos al recomendar el uso de bicicletas eléctricas. Pero este factor está comenzando a perder validez, ya que estos vehículos son cada vez más ligeros gracias a los nuevos materiales con los que se construyen como la fibra de carbono o el aluminio, al igual que las baterías que están disminuyendo en tamaño y aumentando en capacidad de acumulación.
El precio era otra de las poquísimas desventajas que tenían las bicicletas eléctricas, pero la realidad es que la oferta está cada vez más diversificada. Y en los últimos años, al haber mayor demanda, también se ha visto una disminución importante en los costes.
Las bicicletas eléctricas son medios de movilidad sostenible que están abaratándose a pasos agigantados. Por lo que en la actualidad se pueden conseguir unidades muy acordes con el empleo requerido y a unos precios más que razonables. Movilidad eléctrica: bicicletas eléctricas para adultos mayores.