Cuánto tiempo resistirá nuestro actual modelo de transporte aéreo Paul Wylde, director del estudio de aviación Teague (y consultor de Boeing) contesta de forma rotunda: 30 años. Y nos ofrece la solución, Flight 2.0.
Un planteamiento radical que obligaría a los gobiernos a poner en marcha un nuevo tipo de aviación basada en dirigibles, una nueva forma de viajar mucho más lujosa y lenta, unas tarifas de vuelo más elevadas y menos dependientes de los combustibles fósiles.
Flight 2.0 cambiará por completo la aviación. En el escenario que Paul describe, los vuelos comerciales serán mucho más restrictivos, controlados y no aptos para la mayoría de los bolsillos. La mayoría de la gente que necesite volar lo hará en enormes aeronaves, mucho más lentas, como si se tratara de un crucero, y el tiempo de llegada a nuestros destinos se medirá en días, en lugar de horas.
¿Por qué iba la industria a retroceder tanto? Según Wylde, no hay elección posible. “Nos queda solo una generación”, dice, “después ya no quedará combustible”.
Flight 2.0 empieza por los gobiernos, que son al fin y al cabo los responsables del espacio aéreo y de las infraestructuras. Y ya dándose cuenta del problema.
“Estamos sugiriendo a los gobiernos que -en un plazo de 30 años- restrinja un 80% el tráfico aéreo. Todavía será posible volar, pero habrá que hacerlo de otra manera. Queremos que la gente vuelva a creer en los dirigibles. Esas grandes aeronaves que dejaron de existir por esos horribles accidentes que sucedieron a principio del siglo 20. Hoy disponemos de nuevas tecnologías que permitirá combinar la propulsión con hidrógeno, energía solar y pilas de combustible. Pero la gente tendrá que cambiar el chip. Costará cuatro días llegar de Londres a Nueva York. La gente tendrá que asumir ese hecho.”
La imagen completa de la aviación aérea se compondrá por un 80% de viajes con dirigible y un 20% de vuelos rápidos con combustible. Carísimos. Muchos más detalles en este interesante artículo de SmartPlanet.