La bicicleta eléctrica no funcionó, pero han creado algo mucho mejor: un modelo que utiliza un combustible líquido. Hay 6 razones claras para adquirir una bicicleta eléctrica (que desarrollamos en este artículo), pero todavía más para obtener la pieza con combustible líquido que ha aparecido en el mercado. Hace años que los vehículos eléctricos irrumpieron en la vida del ser humano, pero nunca han estado tan instalados como en el momento presente.
La alta huella ambiental provocada por los combustibles fósiles ha obligado tanto a los usuarios como a las compañías a buscar nuevas alternativas. Una de ellas es la electricidad, que no solo ha alcanzado al mercado del automóvil, sino también al de las bicicletas. Las primeras patentes de vehículos parecidos a la bicicleta actual datan de la década de 1890, la bicicleta eléctrica moderna llegó hace apenas 20 años y su auge es mucho más reciente.
No obstante, con querer utilizar un vehículo más compasivo con el medio ambiente no es suficiente. La primera bicicleta eléctrica moderna vino colmada de buenas intenciones, pero se topó con varios problemas técnicos. Utilizaba baterías pesadas, de corta duración y costosas, además de que la industria recurría a una tecnología de plomo ácido que las convertía en objetos poco confiables y poco prácticos.
La bicicleta eléctrica no funcionó en el pasado, pero su nueva versión con combustible líquido promete
Tras el fracaso de los primeros modelos, aparece una bicicleta eléctrica de hidrógeno que promete marcar la diferencia: Alpha Neo. Pragma Mobility es la compañía creadora de la bicicleta eléctrica Alpha Neo Hydrogen y hace dos años que comenzó a ofertarla a sus clientes bajo la modalidad de alquiler. Detrás de esta estrategia comercial se busca ofrecer facilidades a los usuarios para afrontar su elevado precio.
Esta pieza alimentada por hidrógeno no es económica si la pensamos como un producto comprado en su totalidad, pero las cifras cambian si hablamos de un alquiler. Las bicicletas eléctricas se han convertido en un producto muy popular en el último tiempo. Es posible comprarlas fácilmente en diferentes plataformas de comercio online, grandes almacenes generalistas y tiendas especializadas.
No obstante, albergan los mismos problemas que los automóviles: la escasa autonomía de sus baterías y los largos tiempos de recarga. Estos inconvenientes quedan en la nada aplicando el hidrógeno a la ecuación. La Alpha Neo ha mejorado su sistema de propulsión y conserva un diseño estético, bastante parecido al de una bicicleta estándar eléctrica. No obstante, también es visible que incluye una celda de combustible de hidrógeno que permite la realización de recargas en dos minutos.
El correcto funcionamiento de Alpha Neo depende de la infraestructura de combustible de hidrógeno existente, un servicio que no se encuentra en todos los países del mundo. Sin embargo, en aquellos en los que sí está disponible, Alpha Neo puede convertirse en una gran oportunidad en un mercado sin competencia (al menos por ahora).
La bicicleta eléctrica se reinventa: ahora utiliza un combustible líquido
Cuenta con un motor eléctrico de 250 W integrado ubicado en posición central, sobre el buje del pedalier. Asiste al ciclista hasta los 25 km/h reglamentarios que fija la normativa para vehículos EPAC en Europa. Asimismo, la fuente de energía que le otorga abastecimiento es una pequeña celda de combustible de hidrógeno de 480 W de potencia.
El tanque “guarda” 67 gramos de hidrógeno a 300 bares de presión, que recae en una autonomía de entre 120 y 150 con cada repostaje, un procedimiento en el que apenas se invierten un par de minutos. El precio de venta minorista es 5.690 euros antes de impuestos. Para hacerla más atractiva para el comprador, Pragma ofrece un plan de alquiler a largo plazo, con una entrada de 1.700 euros un abono mensual de 79 euros.
En conclusión, la bicicleta eléctrica se ha reinventado con la aplicación de hidrógeno. Este combustible ya ha sorprendido en otros modelos revolucionarios como este motor de Bosch.



















