España ha trabajado mucho estos años para ser el centro de fabricación de coches eléctricos en Europa, invirtiendo muchísimo dinero para salvar el futuro de sus fábricas de autos. Por eso, todos estaban atentos al líder mundial en coches eléctricos, una empresa gigante de China que buscaba un sitio para poner su primera gran fábrica en Europa.
No todo es lo que parece
Todos esperaban que una marca llegara a España, ya que traería miles de millones de euros y crearía miles de puestos de trabajo. España, que tiene una larga historia fabricando autos, parecía el mejor lugar para conseguir esta inversión y asegurar su futuro en la movilidad eléctrica.
Pero la decisión final del líder mundial fue un golpe para España. Aunque sus coches se venden más que nunca aquí y hubo reuniones con los políticos locales, la empresa puso toda su atención en otro lugar que le ofrece mejores facilidades para su primera gran fábrica.
La marca de coches eléctricos más grande del mundo, BYD, le dio la espalda a España al confirmar que no construirá ninguna fábrica por ahora. En su lugar, BYD prefiere apostar por Hungría, donde ya se está concentrando en levantar su primera gran fábrica europea en la ciudad de Szeged.
Hungría se llevo el premio mayor
El director general de BYD para España y Portugal, Alberto de Aza, fue claro: aunque España es un mercado estratégico y siempre está en la lista de interés industrial, el plan actual es enfocarse en dejar operativa la planta de Hungría.
Esta fábrica, que comenzará a producir en serie a partir del segundo trimestre de 2026, será la primera gran plataforma industrial de la marca en Europa. La vicepresidenta ejecutiva de BYD, Stella Li, confirmó que la expansión industrial en Europa dependerá directamente de la velocidad de sus ventas.
Esto significa que, por ahora, BYD no siente la presión de la demanda gracias a su enorme capacidad de producción global y a la nueva fábrica húngara. Si el mercado europeo sigue creciendo rápidamente, la compañía considerará la construcción de una segunda planta en el continente.
Éxito comercial contrario al industrial
Curiosamente, el rechazo a la inversión industrial contrasta con el éxito comercial de BYD en España. El mercado español se ha convertido en uno de los más dinámicos para la marca, con un crecimiento de ventas de casi el 500% entre enero y octubre.
Este impulso comercial se acompaña de una rápida expansión de su red de tiendas, pues de tener apenas 10 puntos de venta en 2023, la marca espera cerrar el año con 100 y llegar a 130 concesionarios en 2026, una meta tan ambiciosa como los nuevos logros de Tesla.
Los modelos que iniciarán la producción en Hungría, como el Dolphin Surf y el ATTO 2, serán claves para consolidar este rápido crecimiento en Europa. La estrategia de BYD es clara: primero consolidar las ventas y la red comercial, y luego aumentar progresivamente la producción local.
La incertidumbre industrial en España
La decisión de BYD, sumada a las recientes polémicas sobre el valor añadido de otras inversiones chinas (como la de CATL), genera incertidumbre sobre la capacidad real de España para atraer y asegurar la gran inversión industrial que necesita.
Aunque no podemos negar que el país cuenta con un ecosistema de primer nivel, factores como la demanda estable, una cadena de suministro optimizada y la competitividad en costos son cruciales para un gigante como BYD.
Por ahora Hungría es quien se ha llevado todo el protagonismo industrial del grupo en el continente, dejando a España en una posición de espera, atenta a si el éxito de sus ventas puede convencer a la mayor marca de coches eléctricos del mundo de invertir en una segunda planta europea. Pero quizá España tiene otras prioridades igual de asombrosas.















