El hidrógeno podría empezar a verse como algo lejano en el mundo de la movilidad debido a los obstáculos que impiden su masividad. En su lugar, otra forma de abastecimiento podría tomar el lugar que trata de ganarse. La búsqueda de fuentes de energía limpias y sostenibles tiene al H2 como una alternativa posible y prometedora. Conforme el mundo se topa con retos significativos vinculados con el cambio climático y la dependencia de combustibles fósiles, el H2 se vislumbra una opción que puede revolucionar el sector energético.
Razones por las que la humanidad podría desistir del hidrógeno
Aunque ya hemos visto piezas como el coche Hyundai Nexo (propulsado por hidrógeno), el motor de hidrógeno está lejos de ser una tecnología masiva como ya lo son los motores de combustión. El H2 se trata del elemento químico más abundante del universo.
Disponible en su forma molecular (H2) puede usarse como combustible en diferentes aplicaciones. Por ejemplo, vehículos de H2, producción de electricidad en plantas de energía y actividad industriales (como petroquímico y metalurgia).
El empleo del H2 trae consigo grandes ventajas, como el acceso a energía limpia y sostenible, el uso de un recurso abundante y disponible, versatilidad a la hora de implementarlo en diferentes escenarios y actuación como recurso de almacenamiento.
Utilizar H2 como combustible viene acompañado de ciertas desventajas, como elevados costos de producción y una infraestructura limitada.
Además, el H2 es un gas altamente inflamable que requiere de preocupaciones especiales al momento de su manejo y almacenamiento. Por último, la conversión de H2 en energía puede acarrear pérdidas considerables de eficiencia.
Aseguran que la electricidad es una opción más viable que el hidrógeno (al menos por ahora)
Jean-Marc Gales, CEO de Wrightbus, fabricante británico de autobuses, ha comentado en punto en el que se encuentra el H2 en la actual transición energética. La compañía vende autobuses eléctricos en su mayoría, pero el H2 sigue estando presente en su estrategia.
Por lo tanto, el hidrógeno sigue teniendo una parte importante de la atención de la firma, pero en una medida menor que los vehículos eléctricos de batería. Así lo ha expuesto en una entrevista con el Electrive.
“A corto plazo, los vehículos eléctricos a batería han ganado la batalla por las cero emisiones. Pero con la infraestructura y la financiación adecuadas, el hidrógeno volverá, especialmente en nichos donde las baterías tienen dificultades”, apreció el experto.
Para afianzar su idea, hizo mención a sus estadísticas del año pasado. “Fue un buen año para el hidrógeno. De los casi 1200 autobuses que venderemos este año, aproximadamente 80 serán de hidrógeno”, puntualizó.
Aunque el hidrógeno está presente y se ve como una posibilidad futura, por ahora el poder recae sobre las piezas eléctricas.
El hidrógeno tendría su lugar en el transporte, pero habría que esperar
Los autobuses con motor diésel representan una cifra parecida, por lo que los eléctricos de baterías representan el 85% del negocio de la firma. Pese a los números actuales, el profesional considera que el hidrógeno debería ser la alternativa predilecta para el transporte pesado.
Sin embargo, reconoce que lo más probable es que termine compartiendo el protagonismo con las baterías. Desde 2022, la marca ha vendido 300 autobuses propulsados por hidrógeno, pero la situación actual es compleja.
“Por el momento, no tenemos pedidos de hidrógeno para el próximo año. La demanda es casi exclusivamente eléctrica, con algo de diésel todavía presente”, apreció.
Hizo referencia a la importancia de contar con subsidios, dado que desde que se suprimieron en Alemania, se registró un parón completo. No obstante, “ahora que contamos de nuevo con financiación, creo que para 2027 volveremos a vender autobuses de hidrógeno en Alemania”.
Por ahora, la humanidad no está lista para afrontar el hidrógeno como combustible, por lo que las baterías serían el futuro de la movilidad a corto plazo, según el CEO de Wrightbus. En paralelo, se están gestando otro tipo de tecnologías, como la de este coche que cruza países enteros sin repostar.















