En pleno proceso de descarbonización, el coche eléctrico parece ser la única salida a los contaminantes vehículos de combustión. Sin embargo, todavía hay quienes recuerdan aquellas épocas en las que el ser humano soñaba con la posibilidad de sus automóviles se movieran con aire comprimido.
Ya en 1838, se hablaba de esta posibilidad. Entonces, dos ingenieros franceses, Andraud y Tessie de Montay, mostraron ante el mundo un vehículo de aire comprimido en Chaillot. Más adelante, en 1873, se llevó a la práctica esta idea.
Varias ciudades francesas comenzaron a usar tranvías movidos por motores de aire comprimido. No podría decirse que fue un proyecto decadente desde el principio, ya que, en algunos casos, el servicio permaneció por 40 años.
El concepto llegó incluso al campo de la minería y la perforación de algunos túneles, como el famoso San Gotardo, con el fin de prevenir los peligros vinculados a los motores de explosión en entornos peculiares.
En 1903, apareció en Estados Unidos Liquid Air, una pieza de la que se comercializó un número acotado de coches propulsados por aire comprimido.
Hasta Willy Maybach mostró interés por este tipo de motores. Maybach destacó entre los grandes pioneros de la automoción alemana de la mano de Gottlieb Daimler y Carl Benz. Llegó a crear su propia firma de coches de lujo.
En 1906, presentó ante el mundo un vehículo que utilizaba esta fuente de energía. Desde entonces, han existido varios intentos de retomar esta idea, pero ninguno tan significativo como el que te vamos a contar a continuación.
Tata Motors trató de instaurar el coche con motor de aire comprimido
Hace 200 años que se habla del misterio de este coche de aire. Tata Motors una vez planeó la fabricación de automóviles propulsados por aire y estuvo cerca de lograrlo, pero algo pasó.
Aunque ahora el mundo solo tiene ojos para los coches eléctricos y los SUV, hubo una época en la que Tata Motors acaparó la atención con su discreto Nano hatchback.
En 2012, Tata Motors estaba involucrada en el proceso de creación de un Tata Nano, que utilizaba un motor neumático. Lo hacía en colaboración con la marca Motor Development International (MDI) de Luxemburgo.
En enero de 2007, Tata Motors procedió a la firma de un acuerdo de licencia con MDI para la producción y comercialización de vehículos de propulsión neumática en India.
Bajo este marco, ambas empresas crearon el concepto de Tata OneCAT, un microcoche de 5 plazas y 2 puertas. No obstante, este vehículo fue preparado solo para hacer pruebas, sin una intención real de producción directa.
Tata Motors iba en serio con su coche de aire
El primer coche de producción en el que Tata Motors decidió probar esta tecnología fue el Nano. La compañía confirmó en su momento que el proyecto había culminado la primera etapa y que pronto ingresaría en la segunda.
Se decía que este vehículo se movía con aire comprimido almacenado en un gran tanque de aire de fibra de carbono. Asimismo, la creencia era que abastecía un discreto motor de dos cilindros y retornaba una autonomía de 200 km con un tanque cargado de aire comprimido.
¿Por qué el coche de aire comprimido no prosperó?
Pese a que Tata Motors había confirmado que el proyecto accedió a la segunda fase de pruebas, más de una década después del anuncio, la compañía no ha brindado noticias sobre el estado del proyecto. Esto da a entender a la sociedad que el Tata Nano no ha prosperado.
Según registra la web Cartoq, “el hecho de que la carrocería del Tata Nano ya no sea adecuada para las nuevas normas de seguridad significa que el proyecto podría haber sido desechado por completo”. El mismo medio sugirió que el coste de almacenar aire comprimido a alta presión pudo convertirse en algo prohibitivo.
Así las cosas, el coche que se propulsa solo con aire sigue siendo una fantasía, al menos por ahora. Pero la tecnología avanza a pasos agigantados y está llegando a lugares que antes parecían imposible. Tanto es así que ya se habla de un coche de aire frío que lleva tres cohetes. Un paso que podría acercanos a ese «sueño» inalcanzable.