Un país ha logrado lo que muchos consideraban imposible para este año: el fin de los coches de combustión. El anuncio llega después de que se anunciaran un nuevo accionar por parte de la UE respecto a estos vehículos. 2035 se ensalza como un año clave para la industria automotriz y el medio ambiente.
La Unión Europea sigue adelante con la legislación que prohibirá la venta de coches de combustión, una medida que busca bajar las emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante, esta transición está creando tensiones entre gobiernos, fabricantes y grupos industriales, evidenciado divisiones en el sector.
Hasta el momento, más de 50 compañías, incluidas Volvo, Rivian, Uber, Iker e Iberdrola, manifestaron su apoyo a la legislación. Estas empresas se basan en la importancia de mantener el objetivo de 2035 para brindar seguridad a las inversiones y acelerar la transición a la movilidad eléctrica.
Dicho respaldo va alineado con la preocupación existente sobre el impacto ambiental de los coches de combustión. Aunque varios fabricantes han empezado a redefinir sus estrategias hacia la electrificación, algunos importantes agentes de la industria todavía no han expuesto una postura pública sobre el límite fijado.
La mayoría de los fabricantes parecen aceptar los objetivos para 2035, pero las multas por emisiones nocivas que empezarían a regir a partir de este año están generando una mayor resistencia. Aquellas firmas que no cumplan con los estándares europeos tendrán que pagar multas significativas.
A nivel político, la propuesta de la Comisión Europea sigue negociándose entre los países miembros. Países como Alemania, Francia y España todavía no han firmado el acuerdo y solicitan un enfoque más gradual.
¿Ha logrado lo imposible? Este país ha conseguido despegarse de los coches de combustión en 2025
Desde el pasado 1 de enero, Noruega se convirtió en el primer país de Europa que no vende nuevos coches de gasolina o diésel. Según registra ABC, el 94% de los nuevos coches matriculados en Noruega en 2024 fueron eléctricos.
Este número representa un hito histórico y es el resultado de años de políticas ambientales que pretendían adelantarse 10 años a los planes de Europa, meta que han logrado. Uno de los factores fundamentales de este triunfo es la infraestructura de carga que respalda a los conductores cada día.
En 2024, Tesla celebró la instalación de su supercargador número 2.000 en Noruega, afianzando al país como líder en infraestructura para piezas eléctricas. Esta red, que contempla desde ciudades hasta los puntos más remotos, es crucial en un país en el que las largas distancias y las condiciones climáticas extremas son habituales.
Un gran ejemplo es la estación de Nebbenes, al norte de Oslo, que la consideran la más grande de Europa con 44 supercargadores.
Dichas estaciones permiten que los conductores recorran el país sin sentir ansiedad por la autonomía y han transformado a Europa en un espacio óptimo para demostrar que la movilidad eléctrica funciona incluso en los climas más difíciles. Noruega no impuso la electrificación con regulaciones estrictas, más bien apostó por una estrategia basada en un ambicioso sistema de incentivos, muchos de ellos fiscales.
Noruega elimina los coches de combustión de su territorio: así lo ha logrado
Eliminó el IVA, el impuesto de matriculación, evitó el pago de peajes, el estacionamiento y hasta permitió que los vehículos eléctricos pudieran circular por carriles reservados para autobuses y taxis. Sus coches atesoran una media de 10 años, por lo que la desaparición de los motores de combustión es cuestión de tiempo.
Solo 1 de 4 coches que circulan por las carreteras de Noruega es eléctrico. En Oslo ya suponen más de 40%. Con estas medidas, Noruega ha logrado lo que se creía imposible para este año: decir adiós a los coches de combustión. Este otro país planea seguir sus pasos, pero para 2030.