Estados Unidos se encuentra en el centro de la escena después de revelar la solución definitiva a uno de los problemas más graves de los coches eléctricos. La llegada del invierno, con su correspondiente caída de temperaturas, supone un reto considerable para los vehículos electrificados.
El frío afecta en gran manera tanto a su autonomía como a su consumo energético, pese a los avances en gestión térmica que han surgido en los últimos años. La explicación radica en que tanto el frío como el calor perjudican el correcto funcionamiento de la batería de los coches eléctricos, el corazón del vehículo.
¿Cómo? El frío ralentiza el paso de los electrones por la batería. A medida que disminuye la temperatura, mayor es la resistencia interna del electrolito. Y cuanta más resistencia presente el electrolito, más complejo es el proceso que tienen que realizar los electrones para pasar del ánodo al cátodo.
Ford tiene la solución para que el frío no afecte el correcto funcionamiento de los coches eléctricos
En este contexto, la compañía estadounidense Ford surge como la gran salvadora de los coches eléctricos con una nueva bomba de calor que permite el ahorro del 10% de energía en invierno. Ya ha sido incorporada a su flota de furgonetas eléctricas y se prevé que pronto llegue a los vehículos turismo.
Las bombas de calor funcionan de la siguiente forma. Utilizan gases refrigerantes muy fríos para tomar el calor del ambiente y, después, lo comprimen para subir su temperatura.
Esta tecnología es sumamente eficiente si la comparamos con los métodos de calefacción tradicionales, que emplean resistencias eléctricas. Es más, la autonomía de un vehículo electrificado puede cambiar sustancialmente en invierno según el tipo de sistema término que esté usando.
El último movimiento de Ford supone un paso adelante en este campo (después de la demanda colectiva que recibió por EcoBoost), dado que ha integrado la inyección de vapor en su sistema de bomba de calor. Dicha medida optimiza la calefacción y la refrigeración en sus piezas industriales.
La empresa de Estados Unidos garantiza que su nueva tecnología, bautizada VIHP (Vapor Injection Heat Pump), permite la extracción de energía térmica incluso en escenarios extremos, como temperaturas que llegan a los -10ºC.
La fórmula mágica de Ford para proteger los coches eléctricos durante todo el año
Su “fórmula” maximiza la eficiencia energética, puesto que requiere de una mínima cantidad de electricidad para desenvolverse. No obstante, produce mucho calor, que significa una mejora de autonomía de hasta un 10% en pruebas reales.
La nueva tecnología de Ford no solo eleva la seguridad de los coches eléctricos en invierno, sino también en verano. Ford ha dado a conocer que, cuando la temperatura exterior sobrepasa los 25ºC, la bomba de calor se mueve en sentido inverso, extrayendo calor del interior del habitáculo y bajando la energía necesaria para el aire acondicionado.
Un contexto que se traduce en un menor consumo de batería y una autonomía mayor. La aparición de esta revolucionaria tecnología es el resultado de dos años de investigación y pruebas minuciosas. Los ingenieros de Ford han realizado más de 100 ensayos en túneles de viento y espacios climatizados.
¿Qué hace especial al nuevo sistema para coches eléctricos de Ford?
Entre las exigentes pruebas de Ford, también destaca un recorrido de más de 25 000 kilómetros en entornos reales. Ha pasado por el frío arrollador de Finlandia con temperaturas de hasta -34ºC y el calor abrasador del sur de España.
El control térmico es uno de los puntos más relevantes de la tecnología que conforma los coches eléctricos. Firmas como Tesla y Volkswagen ya han fabricado soluciones avanzadas en este campo. No obstante, la apuesta de Ford es única por la inyección de vapor en su bomba de calor.
Su idea podría sentar un precedente en el sector de los coches eléctricos, hasta ahora afectado por el frío invernal. En paralelo, Ford ha vuelto a convertirse en noticia tras “hackear” a Tesla y avanzar con un coche eléctrico más barato que los chinos.