Una ciudad española tiene claro cuál es el vehículo del futuro: es de hidrógeno y vuela. Si te sorprendió la “megaciudad de hidrógeno” de Arabia Saudí, no puedes perderte la información que viene a continuación. El H como combustible es la gran promesa para el mundo energético. Con sus propiedades como combustible limpio y abundante, podría convertirse en el combustible del futuro. De hecho, muchos apuestan por él y ya lo hemos visto en acción en varios modelos de transporte.
Tiene un lugar privilegiado en la industria. Se utiliza en vehículos de pila de combustible que transforman el H en electricidad. Además, diferentes compañías investigan y desarrollan su uso en diferentes sectores como alternativa limpia a los combustibles fósiles. Ha ganado especial relevancia en los últimos años como fuente de energía alternativa, especialmente en la búsqueda de soluciones sostenibles.
Su principal ventaja es que, cuando se utiliza como combustible en una celda de combustible, el único subproducto que emite es agua. Al no difundir gases de efecto invernadero ni contaminantes atmosféricos dañinos cuando se quema, muchos lo ven como el sustituto perfecto para los combustibles fósiles.
El hidrógeno llega al vehículo del futuro
En Sevilla se ha puesto en marcha el primer prototipo de planta de potencia eléctrica que integra baterías y pila de combustible de H para aviación. La start-up australiana Dovetail Electric Aviation ha presentado una nueva central eléctrica de 600 kilovatios. Su objetivo es cambiar el paradigma impuesto en la industria de la aviación. En principio será para hidroaviones, aunque el objetivo final es destinarlo a aviones de pasajeros. El plan es transformar los aviones de pasajeros y de carga existentes a propulsión eléctrica de H.
David Doral, CEO y cofundador de Dovetail, dio detalles sobre el proceso de prueba, en el que se incluyó la simulación del compartimento del motor de un avión Beechcraft King Air. El sistema de tren motriz está compuesto por varios elementos: una hélice, un motor eléctrico con gobernador, celdas de combustible, unidades de almacenamiento de hidrógeno gaseoso, inversores, unidad de distribución de energía, conductos integrados, intercambiador de calor y sistema de baterías único de la compañía.
La meta de Dovetail es transformar un avión anfibio Cessna Caravan para el segundo trimestre de 2025. Al principio, usará una versión del tren motriz solo con baterías. El Beechcraft King Air será el primer avión equipado con un sistema eléctrico-hidrógeno. La empresa está barajando la posibilidad de utilizar otros aviones, entre los que destacan el Havilland Twin Otter y el Pilatus PC-12, que pueden llevar hasta 20 pasajeros.
El vehículo del futuro llega antes de tiempo: el hidrógeno es clave para su progreso
La start-up ya tiene garantizadas cartas de intención de posibles clientes como la aerolínea regional española Air Nostum, el grupo de leasing Monte y Scandinavian Seaplanes. Asimismo, Air Nostum también es compañía inversora en Dovetail, de la mano del especialista en compuestos Aciturri, con sede en España, y la aerolínea Volotea.
Los próximos planes incluyen rutas que conectan islas mediterráneas del territorio español con la península, además de ciudades como Faro (Portugal) y Jerez (España). La siguiente fase de pruebas contempla un nuevo paso hacia picos de potencia temporales con diversas configuraciones de baterías y celdas de combustible para optimizar su rendimiento.
Dovetail ha fijado sus primeras pruebas tecnológicas en Andalucía, España, contando con el gobierno regional. En la actualidad, se discute para establecer la ubicación del centro de operaciones permanente de la empresa en España. El desarrollo del sistema de propulsión ha obtenido financiación de la organización ICEX de España por medio del programa Innova Invest y el apoyo del gobierno del estado de Victoria en Australia.
El pronóstico es que el primer vuelo de prueba del sistema de propulsión tendrá lugar el año que viene en Australia. En definitiva, el vehículo del futuro tiene que ver con el hidrógeno y Andalucía sería testigo directo de su actividad. Ante la importancia que está llegando a tener este combustible, España quiere guardar H en cuevas de sal.
