Italia cree haber encontrado la forma definitiva de salvar los coches eléctricos. La clave sería el sodio. Actualmente, el litio es la tecnología dominante en el campo de las baterías para vehículos eléctricos. Con el paso del tiempo, ha ido anotando bondades y rendimiento, haciendo posible que recorramos largas distancias sin inconvenientes.
Pese a su auge, uno de los mayores defectos del litio es que su extracción es muy costosa, además del hecho de que lo consideran un material finito. Al contrario, el sodio no se considera una materia prima crítica. Por otra parte, su disponibilidad es mucho mayor que la del litio y su extracción más simple, económica y segura. Por si esto fuera poco, su cadena de suministro no se encuentra bajo el dominio de China.
En estos momentos, las baterías son las grandes protagonistas de un gran número de proyectos que buscan aumentar la sostenibilidad, entre ellos la fabricación de coches eléctricos. Es por eso que dar con una pieza “mágica” para salvar los coches eléctricos y depender menos del litio es prácticamente un milagro.
Italia salva los coches eléctricos: el secreto para hacerlo radica en el sodio
Las baterías convencionales de litio presentan otro problema que ahora podría quedar resuelto gracias a una propuesta impulsada por la Universidad de Princeton. Un grupo de investigadores del centro académico asegura haber conseguido grandes avances en el sector de las baterías de iones de sodio.
Para alcanzar este importante hito, la firma ha obtenido el respaldo financiero de Lamborghini, la firma italiana del Grupo Volkswagen. El equipo de expertos dedicado a esta labor ha recibido la guía del profesor Mircea Dincă, que ha elaborado una alternativa basada en un material orgánico de cátodo de alta energía.
Utiliza este recurso para desarrollar baterías de iones de sodio, incrementando así las posibilidades de que esta tecnología pueda comercializarse con elementos seguros, más económicos y sostenibles.
Aseguran que el material del cátodo presentado por Dincă y su equipo, un sólido orgánico en capas llamado bis-tetraaminobenzoquinona (TAQ para abreviar), supera los cátodos de litio convencionales.
Lo haría en densidades de energía y en potencia con una tecnología que puede escalarse. Un avance significativo para un sector que ya buscaba desesperadamente opciones alternativas como esta, que utiliza ropa para crear las mejores baterías del mundo.
Italia salva los coches eléctricos con sodio: se prepara para crear baterías revolucionarias
En 2024, el equipo de investigación ya mostró una batería de litio con TAQ y, desde ese momento, han dedicado sus esfuerzos a su uso optimización en baterías de iones de litio.
“El aglutinante que elegimos, los nanotubos de carbono, facilita la mezcla de los cristales de TAQ y las partículas de carbono, lo que da lugar a un electrodo homogéneo”, dijo o el primer autor de la publicación, Tianyang Chen, según registra la web de la institución.
Y agregó: “Los nanotubos de carbono envuelven estrechamente los cristales de TAQ y los interconectan. Ambos factores promueven el transporte de electrones dentro del electrodo, lo que permite una utilización de material activo de casi el 100 %, lo que conduce a una capacidad máxima casi teórica”.
Los coches eléctricos ven la luz al final del túnel: Italia impulsó el cambio
Entre otros sucesos, esto también debería derivar en un mejor rendimiento de carga. “Todo el mundo entiende los desafíos que conlleva tener recursos limitados para algo tan importante como las baterías, y el litio ciertamente califica como ‘limitado’ de varias maneras”, manifestó Mircea Dincă, profesor de química Alexander Stewart 1886.
Bajo este marco, resulta más apropiado contar con una cartera diversificada para estos recursos. “El sodio está literalmente en todas partes.
Para nosotros, ir tras baterías que se fabrican con recursos realmente abundantes como la materia orgánica y el agua de mar es uno de nuestros mayores sueños de investigación”, acotó Mircea Dincă.
Con este proyecto, Italia ha contribuido a descubrir la salvación de los coches eléctricos, por ahora sujetos al litio, un material costos de extraer y finito. El resultado del proyecto mencionado sería la llegada de baterías más asequibles y sostenibles con las que el mundo no dependería tanto del país asiático. Pero la revolución por las baterías no termina aquí. Australia ordenó quemar todas las baterías de litio tras aprender a atrapar y exprimir protones.