Francia destruye a todos los vehículos que hemos conocido hasta ahora, incluso los coches eléctricos. Ahora su mira está puesta en motores de aire. El desarrollo del automóvil jamás hubiera sido posible sin los adelantos tecnológicos e industriales que derivaron en la Revolución Industrial. Uno de ellos es la máquina de vapor, cuyo máximo exponente fue el británico James Watt, quien dio lugar a la creación de los trenes y los primeros coqueteos con el automóvil.
Otras tecnologías que fueron vitales para el surgimiento del automóvil estaban ligadas a la electricidad. Este fenómeno es ampliamente conocido desde antaño, pero empezó a ser generado y aprovechado en la era moderna desde el último cuarto del siglo XIX, gracias a las investigaciones de científicos como Gramme, Tesla, Sprague y Graham Bell, entre otros.
Por último, se necesitó el conocimiento de los combustibles, sobre todo del motor de combustión interna. A mediados del siglo XIX, cuando dio inicio la explotación petrolera y se supo sobre su potencial energética, el automóvil conoció su momento de máximo esplendor. El coche respondió al deseo de movilizar materiales o pasajeros a lo largo de importantes distancias y velocidades, por lo que inventarlo cubrió varias necesidades del ser humano.
Francia apuesta por los motores de aire: ofrecen algo que jamás veríamos en los coches eléctricos
Con el paso del tiempo, se descubrió que, si bien los coches de combustión cubrían la necesidad de transporte, eran demasiado contaminantes, por lo que los vehículos eléctricos empezaron a verse como una opción más viable.
Francia se ha interpuesto en este escenario con unos motores de aire que pueden aplacar todo lo visto hasta ahora. La startup francesa Anthos Normandie ha desarrollado un motor de aire comprimido, que elimina emisiones y acota la contaminación acústica.
Es capaz de recorrer hasta 100 km con 1m3 de aire comprimido. La pieza adquiere el nombre de Air Power y sustituye los sistemas de combustión convencionales.
Con este modelo, ha apostado por una tecnología revolucionaria. Un motor a aire comprimido que podría modificar la manera en la que los vehículos y otros sectores industriales usan la energía.
Se trata de un avance que busca disminuir el impacto ambiental, abordar problemas como el ruido de las ciudades y, al mismo tiempo, explorar nuevos caminos con el uso de renovables. Una pieza revolucionaria a la altura de los motores de partículas de agua que Alemania llevará a Asia.
Francia aniquila los coches eléctricos: los reemplaza por motores de aire nunca vistos
El motor Air Power sustituye los sistemas de combustión tradicionales por una tecnología basada en la inyección de aire comprimido en un ciclo de dos tiempos. Esta perspectiva no solo descarta la emisión de gases de efecto invernadero, sino que también reduce la contaminación acústica.
Así, ofrece un vehículo más silencioso y ecológico. Anthos ha expuesto esta tecnología en un prototipo basado en un Renault Master, logrando un utilitario funcional y completamente descarbonizado.
Presenta una gran eficiencia energética. De acuerdo a los datos obtenidos, un vehículo equipado con este sistema es capaz de recorrer hasta 100 km con 1m3 de aire comprimido.
Los coches eléctricos pierden peso en Francia: la atención pasa a sus motores de aire
Para incrementar la autonomía, Anthos ha “confeccionado” depósitos de aire capaces de soportar presiones entre 200 y 500 bar, disminuyendo el espacio óptimo para el almacenamiento y permitiendo que los vehículos transitan distancias mayores sin necesidad de recarga.
Además, el aire comprimido a una presión de 400 bar puede brindar una autonomía de 200 km con solo 1m3 de capacidad de almacenamiento. Esto lo convierte en una opción apta para vehículos particulares, transporte público, maquinaria agrícola y aplicaciones navales.
Anthos Air Power es una propuesta esperanzadora en el marco de la transición hacia un modelo energético más limpio y eficiente. Con sus motores de aire, Francia destruye a los coches eléctricos y todos los conocidos. Mientras tanto, Suiza está alcanzando la hipereficiencia eléctrica.