Una noticia reciente dilapida las esperanzas puestas sobre los coches eléctricos. Apagará todos los cargadores eléctricos y mucho más. Los últimos años han estado marcados por el ascenso del automóvil eléctrico, en el marco de un proceso de descarbonización. Un coche eléctrico desprende cero emisiones de efecto invernadero porque su movimiento depende de una batería que abastece su motor y no quema ningún combustible a nivel interno.
También necesita de una menor cantidad de líquidos dañinos y contaminantes, como el aceite de motor y refrigerantes. Al utilizar electricidad para funcionar, los coches eléctricos provocan menos emisiones de CO2 que los vehículos convencionales. Estas circunstancias los convierten en piezas ideales para el proceso de transición energética que transita el mundo.
Sin embargo, su extensión podría truncarse con la aparición del némesis mundial de los coches eléctricos. Ha llegado una nueva impensada noticia sobre su uso. Un país está dispuesto a apagar todos los cargadores eléctricos y mucho más. ¿Estamos ante el fin del vehículo eléctrico?
Los coches eléctricos, en declive: Trump ordena apagar todos los cargadores eléctricos
La Administración de Donald Trump ha dado la orden de apagar los cargadores que tiene el Gobierno en los edificios federales y en algunos casos que directamente sean retirados.
Tras quitar las ayudas para la adquisición de vehículos eléctricos, las autoridades han solicitado el apagón de 8000 puntos de carga que tiene el Gobierno en todo el país porque “no son críticos para la misión”.
Según consigna The Verge, es una propuesta que está analizando la Administración de Servicios Generales (GSA) de Estados Unidos, el organismo que gestiona los edificios que forman parte del gobierno federal.
Su propósito era cerrar todos los cargadores de coches eléctricos ubicados en los edificios federales de todo Estados Unidos y, por ende, también los administrados por la GSA.
Hablamos de unos 8000 cargadores que se utilizan para cargar los vehículos eléctricos que forman parte del Gobierno de Estados Unidos y los vehículos eléctricos particulares de los trabajadores federales que operan en estos edificios, o sea, de los funcionarios.
“A medida que la GSA ha trabajado para alinearse con la administración actual, hemos recibido instrucciones de que todas las estaciones de carga propiedad de la GSA no son críticas para la misión. Ni los vehículos propiedad del gobierno ni los vehículos de propiedad privada podrán cargarse en estas estaciones de carga una vez que estén fuera de servicio”, explica en un correo electrónico la GSA. Un mensaje al que The Verge tuvo acceso.
Los coches eléctricos están en sus horas bajas en Estados Unidos: piden apagar prácticamente todos sus cargadores eléctricos
El medio nombrado expone que la GSA irá imponiendo esta decisión poco a poco a sus empleados, aunque en algunas oficinas, como la de GSA de Denver, los cargadores de cuatro ya han empezado a retirarse, como recoge CPR News.
En otras oficinas, los cargadores solo se apagarán, pero no serán retirados. Mientras esto sucede, aseguran que Tesla ya no quiere vender coches eléctricos en China porque habría encontrado una manera más fácil de ganar dinero.
La mayoría de estos cargadores se instalaron durante la gestión anterior, con Joe Biden sentado en la Casa Blanca.
Asimismo, el Gobierno también adquirió miles de vehículos eléctricos, concretamente más de 58 000 unidades hasta marzo de 2024. Ahora, el Gobierno de Donald Trump baraja la posibilidad de dejar de usarlos, según The Verge.
¿Qué pasará con los coches eléctricos de Estados Unidos?
Aún no queda claro si esos vehículos eléctricos solo dejarán de utilizarse y se guardarán o venderán. Con Biden, se preveía que la mitad de los 650 000 vehículos federales que administra la GSA acabaran siendo eléctricos, pero este plan quedó cancelado con la llegada de Donald Trump al poder de Estados Unidos.
Así, el némesis mundial de los coches eléctricos se ha hecho presente en Estados Unidos: dirá adiós a todos los cargadores eléctricos. Por otra parte, Estados Unidos tiene como as en la manga, un motor que entierra a los coches eléctricos.