Japón ha cambiado el hidrógeno por el primer motor rotativo, un plan con el que pretende desbancar a Tesla (que sigue impactada por la trama oculta con la batería de 250.000 km). Cabe destacar que un motor rotativo se trata de un tipo de motor de combustión interna que emplea un rotor en lugar de pistones para transformar la energía del combustible en movimiento. Su diseño hace posible una operación más compacta y ligera, brindando un elevado rendimiento y un menor número de piezas móviles, lo que disminuye el mantenimiento.
Los motores rotativos han obtenido una gran popularidad en la industria automotriz por su diseño único y algunos beneficios sobre los motores de pistón convencionales. Por ejemplo, el diseño del motor rotativo permite que sea más compacto y ligero si lo comparamos con los motores de pistón, convirtiéndolo en el modelo ideal para aplicaciones en las que el espacio es limitado. Asimismo, presente una potencia alta producto de su diseño y funcionamiento en relación con su tamaño. De esta manera, se convierte en un motor atractivo para implementar en vehículos deportivos y de alto rendimiento.
Por otra parte, el hidrógeno está adquiriendo un papel protagonista en el contexto energético actual. Ya se utiliza como vector energético para mover vehículos eléctricos ligeros como coches y autobuses. Muchos expertos acuñan que es la alternativa ideal a los combustibles fósiles tanto en trayectos de media como de larga distancia, incluso por mar y aire.
Japón sentencia a Tesla con el primer motor rotativo
El fabricante de automóviles japonés Mazda ha apostado por el motor rotativo con su pieza Mazda MX-30. Con este modelo, le ha abierto la puerta a su aplicación en modelos eléctricos. Esta mecánica ha logrado una gran notoriedad por el hecho de que aprovechar los espacios moderados con una capacidad enorme para producir potencia. Su giro tiene lugar a revoluciones altísimas y cuenta con sonido muy peculiar, al mismo tiempo que su funcionamiento es suave. Los Mazda RX-7 y RX-8 pasaron a ser deportivos de culto, pero también los tacharon de modelos poco fiables.
Su gran inconveniente es que el motor rotativo “traga” mucho, tanto aceite como combustible. Además, necesita de un mantenimiento constante. Respecto a su funcionamiento, este está basado en un rotor triangular que gira dentro de una cámara circular a una velocidad elevada. La propia estructura hace que en la cámara operen cuatro tiempos de trabajo (admisión, compresión, explosión y escape) en los huecos libres ubicados entre el rotor circular y la cámara.
Sumado a esto, su giro deja libre o cubre la admisión y el escape. Un mal mantenimiento de un motor rotativo puede desembocar en una ruptura temprana que podría evitar siguiendo las instrucciones del fabricante de Japón. Más allá de sus desventajas, tiene un claro beneficio que es que la posibilidad de generar una importante potencia en un espacio acotado y con unas vibraciones mínimas.
Tesla tiembla con la última apuesta de Japón
Mazda ha sido el único fabricante que ha empleado motores rotativos Wankel durante décadas, especialmente en el discreto deportivo RX-7. Ahora, la firma de Japón quiere dar un paso más en la historia y, según la revista japonesa Best Car, se viene una nueva evolución del motor rotativo de la marca, ahora alimentado por hidrógeno. Aseguran que la compañía de Japón nunca dejó de apostar por este motor y que ahora se encuentra en una nueva etapa.
Con esta propuesta, la empresa de Japón cambia la manera en la que veíamos el hidrógeno y pretende desbancar a Tesla, uno de los líderes del mercado del automóvil con sus piezas eléctricas. De hecho, recientemente salió a la luz que la compañía de Elon Musk disparó mayor potencia con una nueva era para los eléctricos.