En pleno proceso de descarbonización global, aparece un motor futurista que utiliza agua como combustible y ostenta la misma potencia que la Fórmula 1. El motor secreto que Suecia lleva décadas desarrollando es sorprendente, pero lo que pasa con esta pieza supera todo lo que visto hasta ahora. El mundo de los motores ha cambiado drásticamente en los últimos años debido a la alta huella ambiental que dejan los fósiles. Durante décadas, los combustibles fósiles fueron la alternativa predilecta para los conductores.
Sin embargo, el avance del cambio climático y el calentamiento global obliga a la humanidad a contemplar nuevas opciones como el hidrógeno. Esta alternativa se trata de un combustible limpio. Cuando se consume en el interior de una celda de combustible, solo genera agua. Esto quiere decir que quien utiliza vehículos propulsados por hidrógeno no debe preocuparse por la emisión de gases contaminantes, al contrario de lo que sí sucede con los automóviles tradicionales (movidos por combustibles fósiles).
El hidrógeno puede almacenar, transporte y brindar energía. Asimismo, puede producirse a partir de una amplia variedad de recursos energéticos, como gas natural, biomasa, eólica y fotovoltaica. Estas destacadas cualidades transforman el hidrógeno en un combustible atractivo para nuevas soluciones de transporte y producción de electricidad. De esta manera, puede aplicarse en industrias, viviendas, almacenamiento de energía o movilidad sostenible.
El motor más futurista del mundo ya está aquí: su combustible solo genera agua
Con una potencia más alta que la de un Fórmula 1, un nuevo motor de hidrógeno cero emisiones eclipsa el mercado. La industria de los vehículos eléctricos experimenta un drástico cambio con la aparición de un nuevo competidor: el motor H2 Starfire de la compañía Astron Aerospace. La firma ha trabajado en la creación de este prototipo, que usa hidrógeno como combustible.
El modelo H2 Starfire no requiere de un sistema de refrigeración por agua debido a una eficiencia térmica de hasta el 60% y un tamaño reducido. Este valor sobrepasa con amplitud a la mayoría de los motores de gasolina actuales con números de entre el 20 y el 40% en las mejores piezas. El diseño del motor es fundamental para lograr la eficiencia buscada. Por su parte, el H2 Starfire dispone de un sistema rotativo que prescinde de los convencionales pistones que suben y bajan para producir energía, sino que usa dos ejes que giran en direcciones opuestas.
La fricción entre los ejes es alta. Sin embargo, la empresa ha usado materiales con recubrimientos cerámicos y titanio para bajar el calor generado. Los elementos que lo conforman se desgastan menos pese a la fricción gracias a una menor temperaturas. De hecho, ni siquiera necesitan de un sistema de refrigeración, un rasgo que baja el peso del motor, lo que indirectamente sube todavía más su eficiencia. El H2 Starfire es uno de los modelos más compactos dentro de su categoría. Asimismo, dispone de unas dimensiones de 29 x 32 x 44 centímetros y un peso de 54 kilogramos.
Agua como combustible y potencia de Fórmula 1: el motor futurista que tiene al mundo en vilo
Aunque pueda parecer que tiene un tamaño muy reducido, este aspecto no condiciona al motor de hidrógeno. Astron Aerospace ha creado un prototipo que llega a los 400 CV de fuerza con un par motor de 678 Nm, superando nuevamente con esta cifra a la relación potencia-peso de los motores convencionales. Posee una eficiencia térmica más elevadas que sus rivales de combustión interna. Por ejemplo, los motores de un vehículo promedio apenas producen entre el 20 y el 40% de energía útil a partir del combustible. El sobrante se pierde en forma de calor durante el procedimiento.
El H2 Starfire recopila una eficiencia del 60%, superando el porcentaje de los mejores motores de Fórmula 1, que llegan hasta el 50%. Este motor futurista de hidrógeno todavía está en fase de pruebas, pero en Astron Aerospace hay optimismo y pronostican encontrar con esta pieza una alternativa igual de sostenible o incluso más que los vehículos eléctricos. Una meta que también persigue BMW, una compañía que planea probar un combustible que será el fin de los eléctricos en 2028.