En su compromiso de ‘darlo todo’ para reducir CO2 en sus vehículos, BMW ha sorprendido al mundo con el primer motor que no se instala en el capó. Es eléctrico y va puesto en un inesperado lugar. Todo apunta a que los vehículos eléctricos marcarán el futuro de la movilidad sostenible en todo el mundo. Europa ya ha dictaminado que para 2035 quiere prohibir la venta de vehículos de combustión y, aunque se harán revisiones previas para verificar que el mercado está listo para la implementación de la electricidad, tarde o temprano los fósiles saldrán de escena.
Aunque todavía hay empresas y expertos que se resisten a dejar de lado el diésel con motores más potentes y menos contaminantes, la mayoría están apostando por nuevos motores eléctricos, cada vez más pequeños, eficientes y ligeros.
Una opción viable, aunque inusual, es integrar los motores eléctricos en las ruedas de los vehículos, permitiendo incluir en el mismo espacio la transmisión y los frenos por fricción. Optando por esta vía se mejora el rendimiento y la durabilidad, permitiendo la llegada de diseños más atrevidos y con más autonomía de nuevos modelos de coches.
BMW sorprende con un motor inédito: cambiará el futuro de los coches eléctricos

BMW ha irrumpido en el mercado con un motor que se integra en las ruedas e incluye frenos. Junto a Continental y DeepDrive, desarrolla motores de cubo más ligeros, económicos y eficientes que los convencionales. La producción de este motor brinda numerosos beneficios frente a los vehículos eléctricos que acostumbramos a ver.
“Los motores eléctricos desarrollados por DeepDrive amplían la autonomía de los vehículos eléctricos”, señala Matthias Matic, responsable de Seguridad y Movimiento (SAM) de Continental, en un comunicado de prensa. “Son más ligeros, más económicos y consumen menos recursos. Combinar todo eso con nuestra eficiente tecnología de frenos de alto rendimiento para producir una unidad nueva y compacta es una contribución decisiva al éxito de la movilidad eléctrica”.
DeepDrive lleva años trabajando en el desarrollo de este motor de flujo radial doble rotor que puede ir instalado como unidad motriz central o directamente otorgando acción a las ruedas, que deben tener un mínimo de 18 pulgadas. Sus desarrolladores señalan que este invento viene de la mano de grandes beneficios, como brindar hasta un 20% más de autonomía a los coches o que sean más económicos, ya que se disminuyen las piezas necesarias para funcionar.
Con este diseño, se desafía el sistema que se ha conocido hasta ahora, donde el motor y la transmisión van separados del tren motriz, cada uno ocupando espacios separados del automóvil. Los nuevos motores de cubo a los que hacemos referencia no van ubicados bajo el capó ni en el maletero sino en cada uno de los ejes de las ruedas, liberando un significativo espacio en el chasis del vehículo, que puede ocuparse por baterías con mayor capacidad, por ejemplo.
BMW rompe con el paradigma impuesto y saca un motor que se coloca en el lugar menos pensado
Además, DeepDrive asegura que promete una mayor eficiente, puesto que cuenta con menos elementos intermedios entre la energía que llega desde la batería y el sistema de tracción. También es una pieza más sostenible, ya que disminuye el uso de tierras raras, otro de los grandes beneficios respecto a otros motores de coches eléctricos.
Tiene un peso de 32 kg y ofrece una potencia de hasta 150 kW (204 CV) y 1.500 Nm de par, con una eficiencia del 96,6%. El acuerdo establecido entre Continental y DeepDrive tiene su foco en la “optimización integral del vehículo”.
Este motor de BMW, Continental y DeepDrive representa un progreso de lo que pretenden conseguir Continental y DeepDrive a largo plazo: el módulo de esquina, “con componentes del chasis integrados, como los sistemas de suspensión neumática”. Asimismo, BMW cumple con su propósito de promover la movilidad eléctrica.



















