Los expertos ya presagian el ‘fin del hidrógeno’ con la aparición de un motor que utiliza un combustible invisible y flotante. Si te sorprendió el alcance del motor de hidrógeno que nadie cree que pueda funcionar, no puedes perderte lo que viene a continuación. El cambio climático es uno de los mayores retos de nuestra era y la razón principal por la que necesitamos nuevos combustibles más compasivos con el medio ambiente.
El progreso continuo en el desarrollo de nuevas tecnologías está aportando esperanza en un contexto aparentemente devastador. Muchos paisajes han quedado completamente irreconocibles, mientras que algunas zonas directamente han perdido sus estaciones quedando relegadas al invierno. La proliferación de nuevas propuestas sostenibles para la movilidad está llevando al sector a creer que los combustibles fósiles “están acabados”.
Así es como muchos fabricantes están apostando por piezas eléctricas, modelos híbridos y combustibles jamás vistos. En este contexto, el hidrógeno ha obtenido un protagonismo arrollador. ¿Qué tiene entonces este motor para dejarlo a un lado? ¡Vamos a descubrirlo!
El combustible empleado en un nuevo motor se convierte en la peor pesadilla del hidrógeno
BeGas lanzó hace dos años un motor alimentado por gas licuado para los vehículos pesados urbanos. Concretamente, sacó a la luz una serie de motores de cuatro cilindros de inyección líquida Euro VI E.
“El modelo B430LG es un motor fabricado por BeGas y propulsado por autogas (GLP) y bioautogás (bioGLP)”, expuso la compañía, según refleja su propia página web. Y agregó: “Con un mantenimiento y vida útil muy similar a los motores diésel, proporciona una alta fiabilidad debido a la calidad de materiales y componentes utilizados para su fabricación y, además, la inyección líquida asegura la optimización de cada ciclo, configurándose como una opción para la descarbonización de los vehículos pesados urbanos”.
Según los datos recopilados por Real Drive Emissions Test, “el uso de estos motores reduce los estándares de emisión el 92% en niveles de número de partículas (PN), el 93% en niveles de partículas (PM10), el 90% de óxidos de nitrógeno (NOx), el 70% en los niveles de hidrocarburos y el 65% en niveles de monóxido de carbono (CO)”.
Otra de las ventajas realzadas por la firma es que este motor de gas “emplea un sistema de postratamiento con catalizador de cuatro vías que ofrece un desempeño uniforme en el control de emisiones, no requiere mantenimiento y puede montarse horizontal o verticalmente en el vehículo”. Tampoco resulta necesario el empleo de “AdBlue ni regeneración forzada del filtro de partículas”.
Además, su forma de proceder brinda un “control absoluto del combustible desde el depósito a la punta del inyector, obteniendo una mezcla homogénea de oxígeno y gas dentro del cilindro y un bajo consumo de combustible”.
La empresa también resalta su contribución de la “atomización del combustible en la admisión, lo que contribuye a la reducción de las emisiones contaminantes y aumenta la eficiencia del motor”.
Gas licuado, el combustible utilizado por este motor revolucionario
El gas licuado de petróleo GLP, también conocido como LPG por sus siglas en inglés o como propano, es un combustible fósil que pertenece a la categoría de “combustión limpia”. Es apto para motores de combustión interna. Consiste en una mezcla compuesta en su mayoría de propano con butano. Su uso viene de la mano con varias ventajas, como el hecho de que es un combustible verde, su eficiencia y buen precio. Además, es un combustible inodoro, libre de plomo y azufre.
En definitiva, el nuevo tipo de motor de la marca propulsado por autogas (GLP) y bioautogas (bioGLP), un combustible invisible y flotante, hace más llevadera la descarbonización de los vehículos pesados. Así es como este producto deja a un lado a los populares motores de hidrógeno.
