La industria automotriz, ha sorprendido cada vez más con sus innovadores inventos, como fue el caso del primer coche fotovoltaico y los motores de hidrógeno. Estos últimos fueron considerados el futuro de la movilidad sostenible, sin embargo las nuevas investigaciones están demostrando que el famoso motor de hidrógeno escondería varios problemas ¿Será este el fin de su éxito?
Una innovación que reemplazaría los coches eléctricos
Con el paso del tiempo se pudo evidenciar una gran disminución en la demanda de coches eléctricos, llevando a la búsqueda de nuevas alternativas por parte de Toyota que desde hace tiempo ha querido innovar en temas de hidrógeno.
El hidrógeno líquido ha ido cobrando protagonismo en los experimentos de Toyota. Entre las ventajas, se destacaría repostaje, ya que el líquido permite depositar en los tanques por la misma vía que los coches a gasolina, el tiempo de carga y un mayor alcance debido a la densidad del hidrógeno.
Por su parte, se han visto grandes potenciales al utilizar hidrógeno ‘caliente’, el cual es quemado en un estado líquido en la cámara de combustión de un motor convencional. Esta tecnología ha mostrado resultados eficientes sobre todo en Toyota y su motor G16E-GTS, el tres cilindros 1.6 turbo que utilizan tanto el GR Yaris como el GR Corolla.
EL motor de hidrógeno: No todo puede ser perfecto
Si bien las ventajas en términos de disminución de emisiones de CO2 son grandiosas, no todo es tan increíble como suena, pues con los avances investigativos se ha demostrado que este modelo también presenta varias desventajas.
En estado líquido, la densidad del hidrógeno es mayor, pero se evapora en el tanque debido al calor natural procedente del exterior. Esto también sucede con la gasolina en depósitos sin gran presurización. Luego de vaporizarse, el gas se escapa a la atmósfera sin aprovecharse, lo que es muy contraproducente.
La evaporación no es el problema mayor
Por otro lado, la diferencia de eficiencia entre quemar hidrógeno y gasolina es enorme, lo que afecta significativamente el rendimiento del vehículo. Otra desventaja importante es que si bien los motores de hidrógeno disminuyen las emisiones de CO2, al existir una detonación liberan óxidos de nitrógeno (NOx) los cuales son muy peligrosos para la salud del ser humano.
Toyota busca solucionar un problema, pero no el más grave
Toyota está buscando alternativas que permitan reaprovechar el hidrógeno evaporado, enviándolo a un auto-presurizador, sin que dependa de la energía externa. Se trata de un sistema que se escapa del depósito en forma de gas, utilizando la presión para licuar el hidrógeno de manera que no se pierda combustible.
Sin embargo, estas ideas solucionan el problema de la evaporación del hidrógeno, en términos de aprovechamiento del recurso, pero no garantizan que no se liberen óxidos de nitrógeno en el ambiente. Al parecer nadie le ha puesto atención a este problema pese a su gravedad e implicancia en la salud de las personas.
Un desafío que hay que abordar
En conclusión a pesar de los avances de Toyota, es evidente que todavía existen desafíos significativos que deben ser abordados, pues la emisión de óxidos de nitrógeno son problemas que no pueden ser ignorados.
Es realmente preocupante que a pesar de la gravedad de estos problemas, no se les esté dando la importancia correspondiente. La salud y el bienestar de las personas deben ser una prioridad, y es responsabilidad de la industria automotriz garantizar que sus innovaciones no sean un peligro para las personas.
Por su parte, si se da mayor visibilidad a las desventajas de los motores de hidrógeno es posible que su demanda también disminuya o inclusive los autos eléctricos podrían tomar la delantera, pues esta industria también está trabajando en modelos innovadores que sean más respetuosos con el medio ambiente como el motor más potente del mundo.