En pleno proceso de descarbonización, aparece en escena un motor que no es eléctrico y tampoco se coloca bajo el capó. Representa el fin de la gasolina en Europa. Si te sorprendió el nuevo combustible utilizado por Finlandia, no puedes perderte este modelo. Ya resulta evidente que la era de los combustibles fósiles está llegando a su fin. La emergencia climática está el rojo vivo debido al devastador avance del calentamiento global y el cambio climático. Sumado a esto, las obligaciones de los tratados internacionales obligan a los fabricantes de vehículos a buscar vías alternativas para movilizarlos.
La combustión de los combustibles fósiles ha servido durante años para abastecer al ser humano de la energía suficiente para progresar en varios aspectos. Sin embargo, ahora los fósiles se ven como los principales enemigos de la sostenibilidad. Esto es así porque su combustión implica la liberación de gases como el benceno-pireno, dióxido de carbono, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono, que tienen consecuencias negativas para el medio ambiente.
La liberación de estos gases a la atmósfera entraña graves consecuencias que ya estamos padeciendo, como el aumento de gases de efecto invernadero, el calentamiento global o el deshielo de los casquetes polares. En este contexto, el reemplazo de los fósiles por energías limpias y renovables resulta inevitable y el motor que acaba de aparecer va perfectamente alineado con esta necesidad mundial.
La gasolina queda desterrada con la aparición de este motor
El proyecto europeo FLEX4H2 (Flexible, Large-Scale and Cost-Effective Hydrogen Production Units Combined with Renewable Power Generation – Unidades de Producción de Hidrógeno Flexibles, a Gran Escala y Rentables Combinadas con Generación de Energía Renovable) busca el desarrollo y la demostración de tecnologías innovadora para producir energía a partir de hidrógeno de una forma flexible y sostenible.
Según registra Híbridos y Eléctricos, esta iniciativa pretende abordar los retos vinculados a la integración de la producción de hidrógeno en sistemas energéticos renovables, además de mejorar la eficiencia y bajar el coste de generación de H. Cuenta con el respaldo económico del Programa Marco de Investigación de Innovación de la Unión Europea, Horizonte 2020.
Asimismo, varias instituciones de investigación, entidades y organizaciones de varios países europeos también son participantes. El foco está puesto en la creación de tecnologías de producción de hidrógeno flexibles y escalables que se integran de forma efectiva con fuentes de energía renovable, como la energía eólica y solar, para brindar soluciones energéticas sostenibles y apoyar la descarbonización.
Entre sus propósitos se encuentra demostrar que las turbinas de gas pueden trabajar de forma flexible usando una mezcla que puede alcanzar hasta el 100% de hidrógeno. Por otra parte, entre los desafíos técnicos a superar tenemos la gestión de altas temperaturas y tasas de combustión, disminución de emisiones nocivas y óxidos de nitrógeno (NOx).
Las fases de la propuesta son: desarrollo tecnológico, pruebas, validación y optimización del sistema y demostración final escala completa en entorno operativo real.
El motor del futuro ya está aquí: este es el primer ejemplo
La turbina de hidrógeno de la empresa italiana Ansaldo Energía, instalada en Alemania, demostró ser capaz de trabajar con una mezcla de hasta un 49% de hidrógeno. Con el apoyo de este programa europeo, ha inventado la GT36, una pieza con la que pretender llevar su desarrollo a un punto en el que las turbinas puedan obrar exclusivamente con hidrógeno en un plazo de tres años.
Puede generar más de 560 MW de potencia, cifra suficiente para abastecer alrededor de 500.000 hogares. Tiene un diseño avanzado de su cámara de combustión, con sistemas agregados para alcanzar eficiencias operativas superiores. La turbina ha demostrado una transición fluida de gas natural a hidrógeno.
Con este motor se recalca la versatilidad operativa y los esfuerzos que está haciendo Europa para mitigar el cambio climático. Otro invento europeo que dejó al mundo sin palabras es el primer motor de hidrógeno líquido español. Ofrece 20.000 km de autonomía.



















