La noticia sobre un motor imposible en España ha sacudido todos los esquemas de la industria automotriz. No es eléctrico ni de combustión y podría utilizarse en los coches. La búsqueda, hasta ahora insaciable, de encontrar combustibles sostenibles para acabar con la contaminación sigue, por lo que están apareciendo varios proyectos impactantes como la trampa que nos tendió China con los vehículos eléctricos.
Ante la incompatibilidad de las diferentes propuestas que han surgido, todavía siguen imperando los automóviles tradicionales.
Tanto los eléctricos como los de hidrógeno tienen muy buena llegada en el mercado, pero antes de que podamos verlos como soluciones viables deben solventar algunos desafíos como la falta de infraestructura o su escasa autonomía.
En este contexto, tres españoles, dos italianos y un sueco se juntaron en Barcelona para crear un motor imposible: ARCOS de Pangea Aerospace. Es el primer motor de cohete aerospike alimentado por metano e impreso en 3D. Con estas características, si llegara a implementarse en vehículos convencionales sería toda una revolución.
Los coches cambiarán después de esto: un motor imposible llega a España
Semanas atrás, un comité de expertos escogió a PLD Space para adjudicarle el PERTE aeroespacial. La compañía ilicitana recibió 40,5 millones de euros del Gobierno de España para enviar pequeños satélites con el cohete Miura 5. Pangea Aerospace (empresa de Barcelona) quedó en segundo lugar y obtuvo 1,5 millones de euros.
El motor imposible en el que nos focalizamos en este artículo pertenece a esta última compañía y es el motor aerospike, un tipo de tobera, el elemento más visible del motor de un cohete, que acelera y direcciona los gases para impulsar el lanzador. La tobera se encuentra al revés de lo que está en los motores de campana convencionales.
Con esta ubicación, los gases ni se expanden ni se comprimen excesivamente, y el cohete puede utilizar el mismo motor para impulsarse de manera efectiva, ya sea en el vacío del espacio o al nivel del mar. Este concepto suena innovador, pero en realidad es muy antiguo y lleva siendo perseguida desde hace décadas para desarrollar naves y cohetes que puedan volver a utilizarse después.
Sin embargo, su elevado coste, la dificultad de refrigeración y la complejidad que agregan a la fabricación de los motores son algunos rasgos que juegan en contra de este motor. A pesar de que tiene sus “defectos”, cuenta con beneficios lo suficientemente atractivos como para que entidades como Pangea Aerospace posen sus ojos sobre ellos.
Manteniendo una eficiencia alta en diferentes altitudes de vuelo, el motor aerospike consume menos cantidad de combustible. Esta característica hace posible el lanzamiento de más carga por menos dinero y brinda un mejor control del vector de empuje, que es algo muy útil para reutilizar el cohete.
Un motor imposible puede transformar los coches tal y como los conocemos
Pangea advierte cuál podría ser la raíz del problema que ha tenido hasta ahora. Ha intentado realizarse de manera muy artesanal y costosa, por lo que nunca se ha podido ver como algo verdaderamente rentable.
La empresa catalana ha logrado fabricar un prototipo de aerospike de dos piezas en solo 15 días. ¿Cómo? A través de la ciencia de materiales y las nuevas técnicas de impresión 3D.
Cuando la entidad apenas tenía unos meses, Pangea Aerospace obtuvo 300.000 euros de fondos privados para desarrollar un pequeño cohete reutilizable en el que colocar su motor aerospike y se llamaba MESO. Dos años después, obtuvo más de tres millones de euros de la Comisión Europea para desarrollar el sistema de reutilización del mismo cohete.
No obstante, Pangea consideró que estaba abarcando demasiado y abandonó el cohete MESO para centrarse en un motor aerospike. Vino entonces el motor ARCOS que puede operar a 100 bares de presión, un dato que significa que es tan eficiente como los motores de Falcon 9 de Space X. La previsión es que ARCOS pueda volar a finales de 2025.
Para ese momento, Pangea Aerospace ya tiene varios clientes interesados. Ahora el reto para Pangea Aerospace demostrar que el motor aerospike es posible.
Lo que parecía un motor imposible podría convertirse en una realidad que cambia incluso la manera en que vemos los coches convencionales. Cuando supimos de la fusión de un motor químico y eléctrico fue una sorpresa, pero las predicciones de Pangea Aerospace pasan a otro nivel.