Paralelamente al boom de ventas de coches eléctricos que promoverá la implantación de la movilidad eléctrica, que se espera y augura, la industria debe descarbonizar el ciclo de vida completo de los vehículos. Para acercarse a un objetivo de cero emisiones netas cada vez más necesario.
Los proveedores automotores establecidos deben cambiar la producción de componentes ICE a EV. Europa tendrá que construir aproximadamente 24 nuevas gigafábricas de baterías para abastecer la demanda local de baterías EV de coches eléctricos.
Con más de 70 millones de coches eléctricos en la carretera, que son los que los expertos estiman que habrá en 2030, la industria necesitará instalar un gran número de cargadores públicos. Y proporcionar operaciones de mantenimiento para ellos.
La producción de electricidad renovable debe aumentar en un 5% para satisfacer la demanda de carga de vehículos eléctricos. Finalmente, las emisiones de la producción de BEV deben disminuir, ya que los BEV actualmente tienen un 80% más de emisiones en la producción que los vehículos ICE (Anexo 3).
Cambios sustanciales por la implantación de la movilidad eléctrica
La transformación de la industria automotriz hacia la electrificación afectará a toda la cadena de suministro. Y creará un cambio significativo en el tamaño del mercado de componentes automotrices, ya que todo apuntará a fortalecer a la movilidad eléctrica.
Los componentes críticos para la electrificación y el desarrollo de la movilidad eléctrica, como baterías y accionamientos eléctricos, y para la conducción autónoma, como los sensores de detección y alcance de luz (LiDAR) y los sensores de radar, probablemente representarán aproximadamente el 52% del tamaño total del mercado para 2030.
Los componentes que solo se usan en coches híbridos, como transmisiones convencionales, motores y sistemas de inyección de combustible, verían una disminución significativa, de alrededor del 11% para 2030. Aproximadamente la mitad del tamaño de los niveles de 2019. Un cambio tan drástico obligará a los actores de componentes tradicionales a adaptarse rápidamente para compensar la disminución de los flujos de ingresos.
La escala de la disrupción será relevante: según el Instituto de Investigación Económica (IFO) de Munich, más de 100.000 empleos cambiarán en la industria automotriz alemana para 2030. Eso es aproximadamente de cinco a diez veces la escala de empleos en comparación con la eliminación gradual de la energía del carbón que Alemania anunció para 2038.
