China ha visto llegar el «arma secreta» de Tesla. Elon Musk pensó que podía ser el impulso que necesitaba, pero el resultado fue inesperado. Mientras tanto, en Europa se vislumbra un escenario completamente distinto. El fabricante de vehículos eléctricos ha tenido que pausar la comercialización del Model S y el Model X por normativas de emisiones.
Se trata de una interrupción temporal de la venta de sus piezas más emblemáticas. Esta noticia llega en un momento en el que la firma adapta su oferta al actual marco regulatorio. Expone la necesidad de alinear sus vehículos con la regulación de Europa.
La legislación es cada vez más estricta, solicitando de forma continua que los coches eléctricos se ajusten a rigurosas pautas ambientales. Para una óptima adecuación, Tesla ha tomado la medida de paralizar la comercialización de las unidades automovilísticas mencionadas.
Pese a detención, Tesla no tiene en sus planes el abandono del mercado europeo. Sigue ofreciendo otros coches populares mejor preparados para asumir la normativa actual. Los clientes de Tesla que ya hayan solicitado su Model S o Model X recibirán sus vehículos, de acuerdo a lo previsto.
Quienes todavía no los habían pedido tendrán que esperar a un relanzamiento de Tesla. Al mismo tiempo, del otro lado del mundo, el nombre de Elon Musk retumba. China no termina de entender qué ha querido hacer con su “arma secreta”
Tesla trata de conquistar China, pero no lo logra del todo
Tras la última acusación emitida contra Tesla, la compañía decidió sacar su “arma secreta” en China. Oficialmente, la compañía de Elon Musk ha dado inicio a la comercialización del Tesla Model Y L en todos los concesionarios del país asiático.
Es una variante de seis plazas del popular SUV eléctrico. El pasado 19 de agosto tuvo lugar la presentación oficial. Se está ofreciendo con un precio de partida de 339 000 yuanes (40 420 euros aproximadamente). Se estima que las primeras entregas se concretarán el mes que viene.
Al mostrar esta unidad, Tesla pretendía acaparar la atención del público familiar. El Tesla Model Y L reporta una configuración «2+2+2». Tiene seis asientos, tracción total y suspensión con amortiguadores de tarado ajustable. Las cifras que promete resultan atractivas para el mercado. 751 kilómetros de autonomía bajo ciclo chino CLTC.
Además, brinda una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos. Para alcanzar un mayor espacio interior, Tesla ha extendido la distancia entre ejes en 150 milímetros. También ha subido la altura del coche 44 milímetros respecto al Tesla Model Y convencional.
La segunda fila disfruta de dos butacas individuales. Sumado a esto, proporciona calefacción, ventilación, reposabrazos eléctricos y altavoces integrados. Todo esto mejora el confort respecto al formato de cinco plazas.
¿Qué ha pasado con el último modelo de Tesla en China?
Pese a las esperanzas de la firma puestas en este modelo, los medios especializados locales han focalizado su atención en la tercera fila. Podría decirse que es el punto débil de la pieza. Un grupo de personas del medio EV Insights tuvo una experiencia con una de las primeras unidades exhibidas en un Tesla Store de Tianhuan Plaza.
La catalogaron como “pésima”. A pesar de que la unidad presenta un mayor tamaño, el acceso a la última fila está condicionado por un saliente central de alrededor de 100 milímetros. Rasgos que entorpecen la entrada. Para una persona adulta de 1,70 metros, el espacio de las personas es óptimo.
Tendría incluso la posibilidad de extender un pie hacia el pasillo central. Pero el diseño tipo coupé limita de forma significativamente la altura para la cabeza. Deja poco espacio de cara a la luneta trasera. Además, existe riesgo de golpes en trayectos por áreas bacheadas.
El “arma secreta” de Elon Musk no ha llegado a convertir en el mercado chino
Los analistas concretan que la tercera fila fuerza el singular diseño coupé del SUV. Lo que sucedería es que el Tesla Model Y L priorizaría la estética sobre la funcionalidad. Por ahora, el “arma secreta” de Tesla en China no parece haber conseguido su propósito. En paralelo, el mundo se pregunta si Elon Musk podrá salvar a Tesla.