Sin embargo, es una especie inofensiva, no se ha registrado nunca un ataque a bañistas y se alimenta de otros peces, crustáceos y cefalópodos.
Desde profundidades de más de 500 metros, un verano más el Tiburón solrayo (Odontaspis ferox) ha ascendido a pocos metros y ha sido observado en las aguas de La Reserva Marina del Mar de Las Calmas en La Restinga, El Hierro.
Su nombre lo dice todo Odontaspis, del griego odous (diente) y aspis (escudo), un maravilloso tiburón perfectamente adaptado al medio marino que ha sobrevivido durante unos 4.500 millones de años y a la extinción de los dinosaurios.
Sin embargo, es una especie inofensiva, no se ha registrado nunca un ataque a bañistas y se alimenta de otros peces, crustáceos y cefalópodos.
Un cuerpo alargado y fusiforme, de aproximadamente 4 metros y con un hocico largo de forma cónica, es lo primero que aparece ante nuestros privilegiados ojos, después llegarán sus cinco hendiduras branquiales, sus aletas pectorales, su primera dorsal y tras ella una segunda dorsal más pequeña.
Su coloración gris por arriba y más clara en su zona inferior, no nos dejará duda alguna, nos encontramos ante un imponente y bello tiburón que tenemos la suerte de poder observar en Canarias.
Sin embargo, hoy en día está catalogado por la Unión Internacional para la Protección de la Naturaleza (UICN) como especie vulnerable, debido a descensos locales de población, y su alta vulnerabilidad a la explotación pesquera. Esto, unido a su baja tasa de fecundidad, dos crías cada dos años, hace que su protección sea urgente para su conservación.
Desde ATIRACAN solicitamos de nuevo al Gobierno de Canarias que las aguas de Canarias sean un Santuario de Tiburones y Rayas, para que tanto este como otros elasmobranquios encuentren un refugio en el que sentirse protegidos y así convertirnos en un referente a nivel mundial en la conservación de estos animales, imprescindibles para el equilibrio y la salud de los océanos.
El control y una buena gestión de cualquier actividad en la zona sería más que recomendable.
Además, solicitamos que toda actividad cercana a este tiburón sea respetuosa, máxime cuando sabemos que se trata de hembras preñadas que necesitan de mucha tranquilidad y son más sensibles a cualquier acción que pueda generarles estrés. Que los amantes del Mar y en lo particular del buceo, disfruten de esta maravilla sin dañarla, interaccionar lo menos posible con el animal, mantener una distancia respetuosa y no tocarlo, sería ejemplo de la buena práctica que debe caracterizar de esta actividad.
Desde ATIRACAN nos felicitamos y alegramos de su presencia en nuestras aguas, síntoma de buena calidad de nuestro medio marino y ejemplo una vez más de la rica biodiversidad de Canarias.
