La migración de las cigüeñas hacia África es un fenómeno natural que ha fascinado a científicos y observadores de aves durante siglos. Cada año, estas aves recorren miles de kilómetros para buscar condiciones climáticas más favorables y recursos adecuados, asegurando su supervivencia y reproducción.
La migración de las cigüeñas suele comenzar en otoño, cuando las temperaturas comienzan a descender en Europa, su principal hábitat de reproducción. Las cigüeñas dejan sus nidos en países como Alemania, Francia y España, para dirigirse hacia el sur, atravesando continentes y mares. Algunas incluso se detienen en algunos pueblos como ha ocurrido en una localidad almeriense.
Cigüeñas, nuevas vecinas por un tiempo de un pueblo almeriense
Vecinos del barrio de Villablanca, en la capital almeriense, se sorprendieron en la tarde de este miércoles al contemplar un espectacular bando de entre 200 y 300 cigüeñas blancas que se posaron sobre edificios y solares urbanos antes de continuar su viaje migratorio hacia África. Las escenas, inmortalizadas en fotografías y vídeos difundidos en redes sociales, provocaron la curiosidad de muchos ciudadanos. Sin embargo, los expertos consultados han subrayado que no se trata de un hecho anómalo, sino de un fenómeno completamente natural vinculado a la migración posnupcial de estas aves.
Emilio González, biólogo, ha explicado que las cigüeñas “aprovechan las últimas horas del día para descansar si el viento no les permite avanzar, y retoman la ruta al amanecer”. Según señala, la especie cruza la península en dirección al Estrecho de Gibraltar para dar el salto hacia el continente africano. “Es lo más normal del mundo. Ya ocurrió en 2023, con unos 60 ejemplares, y esta vez el grupo era más numeroso, pero responde al mismo patrón”, ha precisado.
El seguimiento científico respalda esta explicación. Los datos del programa Migres, coordinado por el Centro Internacional de Migración de Aves (CIMA) desde sus observatorios en Tarifa y Algeciras, indican que solo entre el 11 y el 17 de agosto se han contabilizado más de 37.000 cigüeñas blancas en tránsito, con jornadas que superaron las 3.000 aves en un solo día.
El pico de migración de la especie se registra entre mediados de agosto y finales de septiembre, cuando decenas de miles de ejemplares europeos —procedentes en muchos casos de países como Alemania o Austria— atraviesan la península rumbo al Sahel africano. En España existe también una población residente, aunque parcial, que permanece todo el año en la península.
Las cigüeñas son aves planeadoras que dependen de las corrientes térmicas para desplazarse largas distancias sin apenas esfuerzo. Por ello concentran su paso en el Estrecho de Gibraltar, el punto más corto entre Europa y África. No obstante, no es extraño que, en su trayecto, bandos numerosos hagan una parada llamativa en localidades como Almería para reponer fuerzas.
González ha querido desmentir algunas interpretaciones difundidas en redes sociales que atribuían la presencia de las aves a incendios o a otras causas extraordinarias: “No tiene nada que ver con el fuego ni con ningún fenómeno raro. Se trata de una parada técnica dentro de un viaje que forma parte del ciclo vital de la especie”.