La caza enlatada (traducción del más conocido termino inglés “Canned Hunting”) es un nuevo y cruel fenómeno turístico que en los últimos años ha ganado muchísima popularidad en Sur África y que está poniendo en serio peligro la conservación de especies como el león (la presa más solicitada) y otros animales salvajes.
El termino “caza enlatada” hace referencia a los espacios reducidos donde la batida tiene lugar y donde, como es fácil de imaginar, el “valiente” cazador tiene nulas probabilidades de fallar el objetivo (no es de extrañar que el reclamo más popular a la hora de vender esta actividad sea “No kill, no pay”: “Si no matas, no pagas”).
Los animales utilizados en estas batidas han sido en la gran mayoría criados en cautividad en granjas que proporcionan animales a esta industria: los cachorros son alejados de sus madres a las pocas horas de nacer y alimentados con biberón. Esto con un doble objetivo: por un lado criar animales acostumbrados a los humanos y que no escaparán delante de los cazadores, y por el otro, hacer que las madres vuelvan rápidamente a ser fértiles y “productivas”.
Se utilizan también animales cazados en libertad y otros provenientes de zoos y circos (éstos últimos también muy acostumbrados a la presencia humana).
Los cachorros, en sus primeros meses de vida son frecuentemente utilizados para atraer a otros turistas que quieren hacerles mimitos y sacarse fotos con ellos, y a los que los responsables de estos centros cobran unos 5 € y aseguran que los animales serán reintroducidos en libertad.
Nada más lejos de la verdad, siempre que no se considere” reintroducir en libertad” dejar salir de sus jaulas a los animales unos días- o incluso unas horas- antes de la batida de caza. A la llegada del cazador, los animales están a menudo bajo los efectos de los tranquilizantes o se encuentran en el mismo lugar donde en los anteriores días se le había acostumbrado a comer. Al otro lado, el cazador se “enfrenta al peligro” dentro de en una camioneta y armado de armas de fuego e incluso ballestas.
Estos cazadores son atraídos por la garantía de éxito y por los precios relativamente baratos: si cazar un león salvaje en Tanzania puede costar casi 60.000 €, hacerlo con esta modalidad vale entre 6.000 y 45.000 €. Todo esto ha hecho que en los últimos años el número de trofeos de león exportados del país pasara de 1830 entre 2001 y 2006 a 4062 entre 2006 y 2011 marcando así un incremento del 122%.
Si por un lado los americanos y europeos son los que mayoritariamente se apuntan a estas batidas, el éxito de la caza enlatada está creciendo también en Asia, donde hay una gran demanda de partes de leones para la medicina tradicional.
A día de hoy en Sur África existen unas 160 granjas que crían leones para esta industria y que hacen subir el número de estos animales en cautividad a unos 5.000. Más del doble de los que viven en libertad y que actualmente son tan sólo unos 2.000.
Por supuesto desde FAADA estamos en contra de cualquier forma de caza, como la “tradicional” o la “caza por Internet”, pero hemos decidido subrayar la crueldad de esta modalidad por la evidente cobardía que define sus participantes y por su estrecha relación con la industria turística. Industria que a día de hoy puede verse beneficiada por los cazadores que acuden a Sur África, pero que a la larga verá el sustentamiento de las poblaciones locales que viven del turismo gravemente afectado. Por un lado por la mala imagen que el país está ganando a nivel internacional, y por el otro porqué si en los últimos años la población de leones ha bajado de un 80%….¿qué pasará cuando el animal símbolo de este país se haya extinguido?¿Cuantos turistas dejarán de viajar a Sur África?