El molusco Scaphander lignarius, un invertebrado marino que se encuentra en las profundidades del Mediterráneo y el Atlántico norte, es el primer ser vivo diferente de las bacterias en el que se ha identificado la vía y el lugar de biosíntesis de las lignarenonas, unas moléculas orgánicas implicadas en la defensa química del organismo.
Esta es una de las conclusiones de un artículo publicado en portada en la revista ChemBioChem y en el que han participan científicos de centros napolitanos y las españolas Conxita Àvila y Anna Domènech Coll del departamento de Biología Animal en la Universidad de Barcelona.
En concreto, el molusco pertenece al grupo de los opistobranquios, un grupo de invertebrados marinos muy conocidos como fuente de productos bioactivos de origen marino.
El Scaphander lignarius es un molusco bentónico del orden Cephalaspidea –los opistobranquios más primitivos– que vive sobre sustratos blandos o bien enterrado en los fondos marinos. Este invertebrado se nutre de foraminíferos, poliquetos o pequeños bivalvos marinos, es habitual en las capturas de los barcos de pesca de arrastre.
En estudios de ecofisiología marina, es un modelo de análisis de estrategias químicas de defensa –con metabolitos secundarios– para compensar la pérdida o reducción de la protección mecánica (caparazón).
Según la profesora Conxita Àvila, que también es directora del proyecto de investigación antártico Actiquim-II para el estudio de productos naturales de origen marino con potencial uso farmacológico, «las lignarenonas son metabolitos secundarios que actúan como potenciales feromonas de alarma en los ecosistemas naturales».
«Los metabolitos secundarios –continúa– son compuestos muy diversificados a lo largo del linaje filogenético de los seres vivos, y son moléculas que intervienen en las interacciones ecológicas entre los organismos, y entre ellos y el medio ambiente».
Puente entre bacterias y opistobranquios
Los seres vivos presentan un amplio rango de adaptaciones fisiológicas a su hábitat natural. El estudio revela por primera vez que este opistobranquio es capaz de sintetizar lignarenonas, una función biológica que hasta ahora se había asociado exclusivamente al mundo procarionte. Las lignarenonas, en concreto, son sintetizadas mediante una ruta de policétidos a partir del ácido benzoico (un ácido carboxílico aromático) en el citoplasma celular.
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