El hallazgo de una peculiar “abeja demonio” en una remota zona minera de Australia ha causado sorpresa entre científicos y trabajadores del sector. El insecto, avistado por primera vez cerca de un yacimiento en el interior del estado de Australia Occidental, destaca por dos pequeños cuernos curvados que sobresalen de su cabeza.
Aunque su nombre popular suene alarmante, los expertos subrayan que se trata, con toda probabilidad, de una especie silvestre poco estudiada o de una variante morfológica extremadamente rara dentro de un grupo ya conocido.
En áreas áridas y sometidas a actividad industrial intensa, no es extraño que ciertos insectos desarrollen adaptaciones físicas particulares, aunque la presencia de estructuras semejantes a cuernos no es habitual entre las abejas.
Una “abeja demonio” descubierta en la región minera de Goldfields
Descubren una nueva especie de abeja con «cuernos demoníacos» en el oeste de Australia. una investigadora australiana ha identificado una nueva especie de abeja nativa con diminutos cuernos que le dan un aspecto «demoníaco», durante un estudio en la región minera de Goldfields, en el oeste del país, según informó este martes la Universidad Curtin.
El insecto, denominado «Megachile (Hackeriapis) lucifer», toma su nombre del término latino lucifer («portador de luz») y, de forma lúdica, del personaje de la popular serie de televisión del mismo nombre, precisó la institución, con sede en Perth (oeste de Australia).
«La hembra tenía unos pequeños cuernos en la cara. En ese momento estaba viendo la serie ‘Lucifer’ y el nombre simplemente encajaba. Además, soy gran fan del personaje«, explicó la investigadora Kit Prendergast, autora del hallazgo, citada en el comunicado.
Un hallazgo confirmado por ADN tras más de 20 años sin nuevas especies
La científica precisó que las pruebas de ADN confirmaron que los ejemplares macho y hembra que encontró pertenecían a la misma especie y que no coincidían con ninguna registrada en las bases de datos ni en las colecciones de museos.
El hallazgo, publicado en la revista «Journal of Hymenoptera Research» (Revista de Investigación sobre Himenópteros), centrada en este tipo de insectos, es el primero en más de veinte años dentro de este grupo de abejas, y pone de relieve lo poco que aún se conoce sobre los polinizadores nativos australianos.
«Esto demuestra que todavía hay vida por descubrir, incluso en zonas amenazadas por la minería, como Goldfields», señaló Prendergast, quien advirtió que la nueva abeja y la flor que poliniza, la «Marianthus aquilonarius», una especie nativa de Australia en peligro crítico, podrían estar en riesgo por la pérdida de hábitat y el cambio climático.
La región de Goldfields, que se encuentra en el interior del estado de Australia Occidental, a unos 600 kilómetros al este de Perth, es un importante centro de extracción de oro, níquel y otros minerales, pero también alberga ecosistemas únicos, con extensas áreas de matorral y desierto, donde sobreviven especies de flora y fauna endémicas.
El hallazgo es el primero en más de veinte años dentro de este grupo de abejas, y pone de relieve lo poco que aún se conoce sobre los polinizadores nativos australianos.
Según alertó la investigadora, «muchas empresas mineras aún no realizan estudios sobre las abejas nativas, por lo que podríamos estar perdiendo especies sin siquiera saber que existen».
Semana de los Polinizadores: recordar que sin insectos no hay alimentos
El descubrimiento coincide con la Semana Australiana de los Polinizadores, que celebra la importancia de las abejas, mariposas y otros insectos en el mantenimiento de los ecosistemas y la producción de alimentos.
Los investigadores señalan que este hallazgo puede ofrecer pistas valiosas sobre la biodiversidad resiliente que permanece oculta en los paisajes más alterados. Las zonas mineras, pese a su fuerte impacto ecológico, también funcionan en ocasiones como refugios inadvertidos para especies que buscan huecos de hábitat.
«Muchas empresas mineras aún no realizan estudios sobre las abejas nativas, por lo que podríamos estar perdiendo especies sin siquiera saber que existen».
Mientras se completan los análisis genéticos y morfológicos, las autoridades ambientales han pedido evitar la manipulación del insecto sin protección adecuada. Aunque no se considera especialmente peligroso, es necesario estudiar si su aguijón posee alguna particularidad. El descubrimiento reaviva el interés por la extraordinaria, y a veces misteriosa, diversidad biológica de Australia. Seguir leyendo en EFE / ECOticias.com
















