Australia ha declarado “desastre climático” ante la expansión sin precedentes de una marea de algas tóxicas que está devastando su fauna marina. El fenómeno está originado por el crecimiento explosivo de microalgas nocivas favorecidas por el calentamiento del océano y el aumento de nutrientes en las aguas costeras.
A lo largo de la costa sur y suroeste, miles de peces, moluscos, crustáceos e incluso mamíferos marinos han aparecido muertos, evidenciando la magnitud de una crisis ecológica que evoluciona día a día.
Las mareas rojas no son nuevas en la región, pero la intensidad actual supera los registros habituales. Los científicos señalan que la combinación de aguas más cálidas, periodos prolongados de estabilidad atmosférica y aportes de nutrientes procedentes de escorrentías agrícolas crea un escenario perfecto para su expansión.
Un «desastre climático devastador» en las costas del sur de Australia
Un informe dice que las algas tóxicas en Australia son «un desastre climático devastador»: una comisión parlamentaria australiana presentó este martes un informe sobre la proliferación de algas tóxicas en las costas del sur del país, un fenómeno que desde hace meses cubre las playas y ha provocado la muerte de miles de animales marinos, y dijo que se trata de «un desastre climático devastador».
A lo largo de la costa sur y suroeste, miles de peces, moluscos, crustáceos e incluso mamíferos marinos han aparecido muertos, evidenciando la magnitud de una crisis ecológica que evoluciona día a día.
El texto insta al Gobierno federal a asumir el liderazgo en respuestas nacionales a eventos ecológicos vinculados al cambio climático, recomienda que se desarrolle un nuevo marco nacional y que se revisen las definiciones legales de «desastre nacional» para que fenómenos como la floración de algas queden cubiertos por ese estatus.
El alga, de la especie ‘Karenia Mikimotoi’, que daña las branquias de los peces y absorbe el oxígeno del agua, fue detectada por primera vez en marzo en el país austral y ya se extiende por una superficie de 4.400 kilómetros cuadrados.
Karenia mikimotoi: el alga tóxica que asfixia la vida marina
Según la Fundación Great Southern Reef, este episodio representa «la mortalidad marina más extensa registrada en Australia del Sur» hasta la fecha, al haber afectado al menos a 500 especies.
El informe de la comisión parlamentaria sobre la floración tóxica de algas fue presentado tras la investigación iniciada por el Senado de manera independiente, con el fin de evaluar los impactos ambientales, económicos y sociales del desastre, y también mejorar la preparación gubernamental ante eventos ecológicos extremos.
El mismo también propone destinar amplios fondos a la restauración ambiental, programas de investigación y monitoreo continuados y señala que la comunidad «requiere y espera» que el Gobierno entregue asesoramiento claro, oportuno y respaldado por la ciencia sobre los efectos de la floración tóxica.
La senadora Sarah Hanson‑Young, presidenta de la comisión y portavoz medioambiental del partido de los Verdes, señaló que «los habitantes de Australia Meridional están soportando uno de los peores eventos climáticos de la historia de nuestro país».
El informe pide un nuevo marco nacional y redefinir «desastre»
Según dijo, esta situación supone «una alarma temprana frente a la crisis climática» y añadió que la investigación «ha dejado al descubierto lo poco preparados que estaban los gobiernos estatal y federal ante un desastre ecológico y económico de este tipo».
La senadora añadió que es necesario establecer un «Fondo de Restauración del Medio Marino» de 500 millones de dólares australianos (295 millones de euros) para recuperar arrecifes, regenerar pastos marinos y ayudar a que los ecosistemas costeros sanen.
«Los habitantes de Australia Meridional están soportando uno de los peores eventos climáticos de la historia de nuestro país».
La declaración oficial de “desastre climático” permite a Australia movilizar recursos federales de emergencia, reforzar el monitoreo oceanográfico y apoyar económicamente a la industria pesquera, que afronta pérdidas millonarias.
Mientras las autoridades recomiendan evitar playas afectadas y restringir la recolección de mariscos, los ecólogos advierten que el episodio podría convertirse en un precedente preocupante. Si las tendencias de calentamiento global continúan, las mareas tóxicas podrían volverse más frecuentes, duraderas y dañinas, comprometiendo la salud de los ecosistemas marinos y la seguridad alimentaria de miles de australianos. Seguir leyendo en EFE / ECOticias.com
















