Baena: Cada vez hay menos ‘aves esteparias’. Estas aves están ligadas a los espacios agrarios y esteparios, con una semejanza en cuanto a la selección de hábitats: lugares abiertos, con pocos árboles y relieves suaves.
La mayoría de ellas, nidifican en el suelo, aprovechando los campos de cereales, barbechos y rodales de vegetación natural, otras nidifican en construcciones humanas, habitualmente cortijos y pequeños cortados rocosos y fluviales.
La alimentación es muy similar entre ellas, consumiendo gran cantidad de artrópodos y micromamíferos; avispas, moscas, abejas, saltamontes, langostas, grillos, ratones y topillos, además numerosas semillas y vegetales.
Modificación del medio natural y del hábitat
Parajes y fincas como las Alberquillas, Aguilarejos, Pedro Ortiz, Torre del Moro, Las Roblizas, Las Almayas, El Jardón, Fuentidueña, o el Alférez, son ejemplos de cambios de cultivos de secano a regadío.
La modificación del medio natural y del hábitat acarrea también el aumento abusivo de los agroquímicos como abonos inorgánicos y pesticidas, los cuales contaminan los suelos y acuíferos, siendo especialmente preocupante el abuso de los últimos, ya que no discriminan a la multitud de insectos beneficiosos y la vegetación que protege e impide la erosión del suelo, necesarios para el mantenimiento de la salud y el equilibrio de nuestros campos, de tal forma que su abuso favorece la aparición de plagas, justo el efecto contrario que se quiere conseguir.
Abandono de antiguos cortijos
Otros problemas son el abandono de antiguos cortijos, la eliminación de lindes y manchones, que son verdaderos refugios de biodiversidad, además de la usurpación de caminos públicos siempre en busca de un beneficio cortoplacista que esquilma los recursos naturales y que no tiene en cuenta el escenario de crisis climática en el que nos encontramos.
El aumento de la agricultura de regadío en esta comarca no solo tiene consecuencias en la desaparición de zonas esteparias naturales y cultivadas, sino que trasciende en la gestión de los acuíferos y cauces públicos.
Mientras tanto la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía ha convertido las AAU (Autorizaciones Ambientales Unificadas) de proyectos de regadío de cultivos leñosos, en un puro trámite burocrático, admitiendo a las entidades y empresas unos Estudios de Impacto Ambiental de escaso rigor técnico que dejan mucho que desear, a todo ello se une el Ministerio de Transición Ecológica incapaz de hacer un seguimiento y controlar las captaciones de agua que de manera fraudulenta se siguen produciendo.
Codorniz común, carraca europea y el cernícalo primilla
Varios ejemplos de retroceso de poblaciones de aves, los tenemos en la codorniz común, carraca europea y el cernícalo primilla. La primera de ellas, ha sufrido un descenso generalizado. Los muestreos de machos cantores de codorniz, realizados en las últimas primaveras, nos ha dejado una pérdida de territorios donde hasta hace unos años escuchábamos su canto. Donde antes había cultivos de cereales, leguminosas y rodales de vegetación natural, ahora predominan olivos y almendros de regadío en régimen intensivo y superintensivo.
En cuanto a la carraca europea, durante esta temporada de reproducción solo hemos visto una pareja en el término de Baena, aunque no se descarta que puedan sobrevivir varias más. Esta especie utiliza cortijos y construcciones rurales para ubicar sus nidos.
La pérdida y abandono de estas edificaciones, que han sido sustituidas por naves de aperos con tejados de chapas metálicas galvanizadas, hace imposible que encuentre huecos donde anidar.
También ha ocurrido con el cernícalo primilla, las únicas poblaciones se encuentran en el casco urbano de Baena y solo hemos encontrado una colonia, en un cortijo de la campiña.
Las aves esteparias son necesarias para el mantenimiento de los cultivos cerealistas de secano, son las mejores aliadas de los agricultores contra los daños que puedan ocasionar insectos, y roedores. Por otra parte, es necesaria la declaración de nuevas ZEPAS en Andalucía (Zonas de Especial Protección para las Aves), donde la campiña de Baena tendría un papel fundamental, por la importante población de aves esteparias que todavía se mantienen. Baena: Cada vez hay menos ‘aves esteparias’.

















