Desde la asociación ANSE destacan que el problema de la caza ilegal sigue siendo gravísimo en la Región de Murcia y el Castilla-La Mancha. La muerte de dos linces ibéricos y de un conocido quebrantahuesos, alerta de que este problema que debería estar superado, sigue ocasionando bajas de ejemplares que están el peligro de extinción.
En la edición dominical de un periódico regional se publicó el caso de un quebrantahuesos abatido en Nerpio (Albacete), muy cerca del límite con la Región de Murcia. Se trataba del ejemplar conocido como Lopezosa que había nacido en libertad a partir de dos ejemplares reintroducidos en Cazorla. Y que la caza ilegal asesinó.
En caso de haber alcanzado la madurez reproductiva, Lopezosa hubiese certificado el éxito del proyecto de reintroducción al producirse una generación nacida a partir de ejemplares ya silvestres. Pero fue una víctima más de la caza ilegal.
Este individuo era conocido por su habitual presencia en las montañas de Moratalla, de forma que Albacete y Murcia han perdido un valioso patrimonio compartido, que podría haber desembocado en la primera reproducción de esta especie en la zona tras su extinción.
La muerte de Lopezosa no es un caso aislado, ya que viene a sumarse a la caza ilegal de varios linces procedentes del proyecto de reintroducción en la Región de Murcia. Este proyecto ya ha confirmado la muerte por disparo de arma de caza en dos casos más, y existen fundadas sospechas de que un tercer ejemplar desaparecido corrió similar suerte.
Los datos de mortalidad de linces ibéricos por culpa de la caza ilegal de ejemplares reintroducidos en el marco del proyecto desarrollado en Lorca se encuentran entre los máximos registrados en poblaciones de esta especie.
La caza ilegal sigue campando a sus anchas
Conviene recordar que los casos de animales abatidos han sido conocidos gracias a que todos los ejemplares portaban dispositivos de seguimiento GPS. Por tanto, las cifras reales de animales amenazados abatidos por la caza ilegal deben ser mucho más elevadas, ya que resulta muy poco probable localizar un animal al que han disparado y cuyos restos quedan en el campo, abandonados.
Por esta razón, la asociación considera que la caza ilegal que se suponía un problema superado en nuestra sociedad sigue suponiendo una causa de muerte no natural inasumible. En este sentido, consideran que el sector cinegético debería actuar preventivamente frente a comportamientos de riesgo que se detecten e intervenir de forma contundente para depurar los casos que se pudieran producir.
Antes del verano, ANSE, junto con WWF, se dirigió a la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia pidiendo una serie de medidas para reducir la caza ilegal que afectaba al lince ibérico. Muchas de esas medidas, como aumentar la plantilla de Agentes Medioambientales o el cierre de cotos, son plenamente aplicables al caso acaecido en Albacete y deberían aplicarse de forma generalizada en el territorio.
Además, la organización muestra su solidaridad con las Administraciones que trabajan en la recuperación de este patrimonio natural, trabajo que puede verse truncado por la actuación de un desaprensivo que se dedica a la caza furtiva e ilegal.
Igualmente, la Asociación recuerda que no solo se produce un grave daño medioambiental con la muerte de ejemplares de especies protegidas, sino que la caza ilegal supone un enorme daño económico a las arcas públicas, ya que la reintroducción de especies amenazadas requiere de importantes inversiones económicas y de largas horas de trabajo.
A pesar de todo, la Asociación pide a las Administraciones implicadas que mantengan los programas de reintroducción de especies extinguidas y se trabaje en la corrección de las amenazas que los atenazan.