Hablamos de contaminación acústica cuando las molestias sonoras producidas por actividades humanas, como el transporte o la construcción, perturban la agudeza auditiva –la percepción de los sonidos–, la salud y los ecosistemas terrestres y marinos.
La contaminación acústica submarina es una forma de contaminación que tiene graves consecuencias para las especies marinas: es fuente de perturbaciones y desorientación y puede incluso provocar lesiones e incluso la muerte en muchos animales.
Sin embargo, hasta la fecha no existen regulaciones internacionales orientadas a controlar este tipo de contaminación. Y si bien se suele achacar esta problemática a los ruidos que se hacen en alta mar, en los espacios protegidos, los barcos pequeños también son fuentes de polución sonora.
Contaminación acústica en los espacios naturales protegidos
La contaminación acústica de los mares en Canarias no es solo producto de los grandes buques, sino también de la cada vez mayor presencia de embarcaciones pequeñas y medianas en zonas protegidas, que impactan en los ecosistemas y las especies.
Así lo evidencian los datos recabados por el proyecto «CanBIO», sobre los efectos del cambio climático en el archipiélago canario, que, como ha expresado en la presentación su coordinador, Javier Almunia, ha analizado los efectos del cambio climático en la biodiversidad amenazada de Canarias.
Este proyecto incluye la primera red de medición de ruido submarino, pionera a nivel español, que «ha encontrado que el impacto mayor en los paisajes submarinos es el que producen las embarcaciones de pequeño tamaño, y no tanto los grandes barcos«, debido a «la gran cantidad de ellas que hay, precisamente, en zonas de especial conservación».
Este proyecto, que cumple seis años, busca «monitorizar los efectos que el cambio climático tiene en las especies en peligro crítico de extinción y otros problemas emergentes como el ruido submarino«, ha señalado.
«CanBIO» cuenta con una inversión de 3 millones de euros hasta el año 2027, financiados por Loro Parque y el Gobierno de Canarias al 50%, para estudiar los efectos del cambio climático en el mar, la acidificación oceánica, la contaminación acústica y su impacto en la biodiversidad marina y terrestre de Canarias y la región Macaronésica.
Con esta iniciativa colaboran las dos universidades públicas canarias (ULPGC y ULL), que buscan adelantarse así «al impacto de la contaminación que va a tener sobre estas especies en peligro crítico de extinción, que son las que primero sufrirán los efectos del cambio climático».
Las especies en peligro crítico de extinción, ha detallado, son «especies endémicas de caracoles terrestres únicas en el mundo que solamente están en algún barranco o en algún valle de Canarias, y especies de insectos asociadas a distribuciones muy escasas» o en el mar, tiburones como el angelote, la mantelina y cazones, que se encuentran «en una situación peor o al menos igual» que cuando se inició este proyecto.
Las principales amenazas para estas especies «son el cambio de temperatura, que va a hacer que en las islas muchos de los ecosistemas tengan que migrar hacia zonas más altas para encontrar las temperaturas ideales para ellos», a la vez que «el cambio de régimen de lluvias, porque lo más probable es que haya períodos más intensos pero, en general, la pluviometría sea menor».
Efectos del cambio climático en las especies endémicas
Las medidas previstas para mitigar estos efectos, ha dicho, irían encaminadas «a proteger los lugares donde están las especies en peligro crítico de extinción y a evaluarlos desde el punto de vista de dónde estarán en el futuro estos lugares óptimos para estas especies«, porque «puede que no estén en las actuales áreas protegidas, sino que haya que rediseñarlas».
La viceconsejera de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Energía del Gobierno de Canarias, Julieta Schallenberg, ha destacado la importancia de «buscar cómo los cambios están afectando y cambiando los océanos y cómo las temperaturas están desplazando a las especies» y también «las amenazas que nos están llegando frente al cambio climático de especies marinas que antes no estaban, que no son autóctonas«.
Ha puesto en valor que este proyecto abre líneas de investigación presentes y también futuras, como la que analiza los refugios climáticos en el medio marino que, aunque «es muy incipiente», podría tener sus primeros datos a lo largo de este año o el año que viene. El «sentir del Gobierno de Canarias» es «el de investigar para mejorar, buscar adaptación y mitigación», un «objetivo» que comparte con las demás entidades colaboradoras.
El rector de la ULPGC, Lluís Serra, ha destacado que la universidad lleva «décadas trabajando en muchas de las áreas que se están investigando en la actualidad, que inciden sobre la biodiversidad acuática y terrestre, fundamentalmente», por el cambio climático y problemas muy importantes, como la acidificación o la contaminación por microplásticos, que son amenazas para «un ecosistema con una enorme biodiversidad, único en el mundo«.
La vicerrectora de sostenibilidad e infraestructura de la Universidad de La Laguna, Marta Domínguez, ha señalado la misma idea, celebrando la colaboración entre entidades para «trabajar en favor de la sostenibilidad» con proyectos que «tienen una relevancia maravillosa». EFE / ECOticias.com