Día Internacional del Lince Ibérico 2023. El lince ibérico se encontraba hasta hace unos años en una situación sumamente delicada. Pero los esfuerzos de las autoridades y de las ONG han permitido revertir esta situación. Ello se ha conseguido gracias a la lucha contra la caza furtiva, la reintroducción de conejos y los programas de cría en cautividad y reinserción.
Víctima de varios factores, la especie contaba solo con 100 ejemplares en 2002. Una cifra irrisoria frente a los más de 100.000 de principios del siglo XX. Esta situación llevó a que se lo clasificara «en peligro crítico» de extinción en la lista roja de la UICN.
Pero los esfuerzos de las autoridades y de las ONG han permitido revertir esta tendencia. Y lo hicieron mediante diferentes programas y la habilitación de centros de cría en España y Portugal. En 2020, por primera vez se registró un aumento en la población, censándose 1.100 individuos.
Aunque todavía está amenazado, este felino de características orejas largas y puntiagudas rematadas en un fino mechón y espesos bigotes blancos está comenzando a progresar. Se ha multiplicado su número en Andalucía. Y ha regresado a regiones españolas de las que había desaparecido, como Extremadura y Castilla-La Mancha, así como en Portugal.
El peligro aún acecha
Los programas no solo apuestan por la cría de estos bellos felinos, sino que también se los vigila de manera muy estrecha. Todos los que nacen en los centros se cuidan con esmero. Y se los suelta provistos de un collar con GPS.
Este sistema de control es una de las garantías de protección de los linces ibéricos. Con ellos se rastrean sus movimientos. Se les provee de comida (conejos) cuando hay escasez de presas en su ámbito natural. Y se estudia su comportamiento.
Pero el peligro aún no ha pasado para el lince ibérico. Lamentablemente, los atropellos en las carreteras, la captura de ejemplares de forma ilegal y la desaparición de sus presas naturales, va en detrimento de su supervivencia.
Los conejos han sido víctimas de varias enfermedades como la mixomatosis o la Enfermedad Vírica Hemorrágica, entre otras. Estas han diezmado poblaciones enteras, dejando a los linces y a otros animales que depende de ellos para sobrevivir, puesto que son la base de su dieta, al borde de la inanición.
Por eso, a pesar de los muy buenos resultados de los programas de recuperación y reintroducción, la UICN mantiene al «Lynx pardinus» en la categoría «en peligro». Y los expertos señalan que hasta que la cifra de animales en libertad no supere los 30.000 individuos, no se puede dar por recuperada y a salvo a la especie. Día Internacional del Lince Ibérico 2023