En el Año del Conejo, nuestro conejo de monte se extingue. Puede parecer que hay muchos conejos de campo, pero en los últimos 70 años sus poblaciones han descendido más del 90 % en la Península Ibérica. Un dato terrible que afecta al futuro de muchas especies.
Esto no debería suceder en un país cuyo nombre se lo debemos justamente a los conejos. España viene del romano Hispania y del fenicio I-spn-ya, que significa “tierra de muchos damanes”, una especie autóctona africana que los fenicios confundieron con nuestros conejos.
En grave peligro
Desde los años 50, el conejo ha sufrido devastadoras enfermedades, como la mixomatosis y la neumonía hemorrágica vírica (NHV), que ha diezmado a las poblaciones silvestres. Y a las que es muy difícil ayudar dado que viven en la naturaleza.
Además, el conejo ha sido un animal muy preciado por su piel y por su carne. Y aunque fue muy abundante, su número ha disminuido de manera alarmante. Ello también se debe a la sobreexplotación cinegética y la pérdida de hábitats por la agricultura intensiva. De hecho, suele haber conflictos con los agricultores que se quejan de los daños que los conejos provocan en sus cultivos.
Aunque es un herbívoro hábil e inteligente, que puede criar hasta seis veces al año, esto no impide que cada día sea más escaso y esté en peligro. Integra la lista Roja de la UICN donde se lo declaró En Peligro de Extinción desde 2018.
Especie clave
Este lagomorfo es vital para el equilibrio del ecosistema mediterráneo. El conejo europeo o de monte sirve de alimento a más de 40 especies de aves y mamíferos, algunas tan emblemáticas y en peligro como el lince ibérico o el águila imperial ibérica. Además, sus excrementos mejoran la fertilidad del suelo y el crecimiento de la vegetación.
Por estas y por muchas más razones es vital seguir defendiendo al conejo de monte. Y exigir que se tomen medidas que los protejan. Porque salvándolos a ellos, también podemos sobrevivir los demás seres vivos. El objetivo es conseguir que no sea necesario conmemorar el Día internacional del Conejo, nunca más. En el Año del Conejo, nuestro conejo de monte se extingue.