Durante años, la idea sonaba a exageración de sobremesa. Sin embargo, un equipo de la Universidad de Lund (Suecia) midió el vuelo de 13 ejemplares y concluyó que el vencejo común (Apus apus) puede permanecer en el aire durante unos 10 meses, con una actividad aérea superior al 99% en su fase no reproductora.
El dato ha circulado en internet atribuido a “golondrinas”, en parte por traducciones y resúmenes divulgativos. El propio texto de Dan Tri presenta esa confusión. El trabajo científico, no obstante, se centra en el vencejo común, una especie que se parece a las golondrinas en vuelo pero pertenece a otro grupo y está aún más especializada para la vida aérea.
La clave del estudio fue el método. Los investigadores colocaron a los vencejos microdispositivos con acelerómetros (para detectar actividad de vuelo) y sensores de luz (para estimar la geolocalización). Con esos datos, siguieron su ciclo anual y comprobaron que solo “tocan tierra” de forma consistente durante alrededor de dos meses, principalmente en la temporada de cría.
El hallazgo reabre una pregunta clásica. Cómo descansan. El artículo científico recoge periodos de inactividad que, en algunos casos, son breves y compatibles con pausas sin aterrizaje prolongado, lo que alimenta la hipótesis de que alternen fases de descanso mientras planean y aprovechan corrientes. La Universidad de Lund también apunta a patrones de altitud asociados al amanecer y al anochecer.
Detrás de la resistencia hay biomecánica y estrategia. El vencejo es un “atleta” del aire (cuerpo estilizado y alas largas) que reduce el gasto energético y se alimenta de insectos en vuelo, algo esencial para sostener travesías entre Europa y África sin depender de paradas frecuentes.
Más allá del récord, el estudio tiene una derivada práctica. El vencejo y otras insectívoras urbanas dependen de huecos de edificios para nidificar y de la disponibilidad de insectos. En España, campañas y redes de rescate han alertado del impacto de las obras y del calor extremo sobre estas especies, un frente que conecta ciencia y conservación en pleno entorno urbano.
