El nombre científico del quebrantahuesos es Gypaetus barbatus y hace alusión a su aspecto corporal (del griego «Gyps»: buitre y «aetos»: águila y del latín «barbatus» debido a la barba que sobresale bajo su pico). Posee ojos rodeados de un anillo esclerótilo de color rojo, que resalta más cuando el ejemplar se muestra más agresivo o nervioso.
Desde los ojos se extiende un antifaz negro hasta la base del pico, donde aparecen unas filoplumas (barbas). En la parte superior de la cabeza poseen unas plumas negras que forman un capirote. La cola tiene forma de cuña o rombo y los tarsos están cubiertos de plumas.
Atraviesa diferentes tipos de plumaje en función de la edad (joven, subadulto y adulto). Poseen el mismo color para ambos sexos, en el caso de los adultos de color naranja debido a la costumbre que tiene de teñir su plumaje con barro. En los años 80 del siglo pasado, la especie estuvo a punto de extinguirse y ahora está en pleno proceso de recuperación.
Conservación y protección del quebrantahuesos
La Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha procedido recientemente a la suelta de tres ejemplares hembra de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus barbatus) en el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada, con cuya acción comienza la campaña de reintroducción de 2025 que prevé llegar próximamente a Cádiz. Esta especie emblemática desapareció del cielo andaluz en los años 80 del siglo pasado, por lo que con este tipo de acciones se refuerza el compromiso con su conservación, ha informado la Junta en una nota.
Los tres ejemplares liberados han sido bautizados como Poqueira, Polarda y Aznaitín, en referencia a enclaves naturales significativos de Granada, Almería y Jaén. Proceden de centros especializados de Lérida, Berlín y Austria, y nacieron entre el 9 y el 13 de marzo y tras su traslado al entorno de liberación, han sido depositados en nidos artificiales construidos en las cuevas de suelta.
La adaptación de estos pollos se logrará posteriormente en el ‘hacking’, cría campestre de pollos nacidos en cautividad, que son alimentados hasta que cumplen la edad de 120 días en los que serán capaces de volar y que no deben ver a su criador o no desarrollarán sus propios instintos de supervivencia. Esto permitirá fijar su fidelidad al territorio al identificarlo como su lugar de nacimiento y aumentar las probabilidades de que, en un futuro, regresen a criar en esta zona.
La consejera del ramo, Catalina García, ha señalado que con esta nueva suelta se refuerza la presencia del quebrantahuesos en el Parque Natural de Sierra Nevada y se da continuidad a una estrategia de conservación consolidada, que ha permitido devolver la especie a los cielos andaluces y mirar hacia el futuro «con esperanza”.
Según ha explicado, con esta actuación se inaugura la vigésima campaña anual de reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía, una labor «sostenida y comprometida» que demuestra que el esfuerzo a largo plazo y la cooperación institucional son capaces de revertir procesos de extinción. El quebrantahuesos fue una de las especies más emblemáticas de las sierras béticas hasta finales del siglo XIX y su extinción en Andalucía quedó sellada en 1986 con la desaparición del último ejemplar en Cazorla.
Recuperando población
Actualmente, se estima que 15 ejemplares sobrevuelan habitualmente Sierra Nevada, lo que indica un importante nivel de fidelización de la especie a este espacio natural, cifras que son el resultado de una apuesta institucional «firme y continuada» por la biodiversidad, ha remarcado García.
En 2025 se cumplen diez años del hallazgo de la primera pareja reproductora formada por ejemplares reintroducidos y del nacimiento del primer pollo de esta pareja en el medio natural. Desde entonces, la población andaluza no ha dejado de crecer.
Catalina García ha recordado que la Junta de Andalucía ha iniciado este año los trabajos para reintroducir el quebrantahuesos en un nuevo enclave estratégico como es el Parque Natural Sierra de Grazalema, en la provincia de Cádiz.
Según ha afirmado, la reintroducción del quebrantahuesos en este punto será la más meridional de la Unión Europea y permitirá establecer un puente natural entre las poblaciones europeas y las del norte de África, favoreciendo así la conectividad genética y la viabilidad a largo plazo de la especie. EFE / ECOticias.com