Y para que la gente sea conocedora de todo ello, desde ayer y durante 15 días, en las instalaciones del Club se expone una muestra de los residuos contaminantes que el pasado sábado recogieron más de 20 buceadores y 30 voluntarios de tierra durante la jornada de limpieza de fondos marinos que se llevó a cabo en las zonas de La Mina, el Faro y La Pileta, dentro del ámbito del parque natural, en un acto organizado por el Club Náutico Altea, el Ayuntamiento Altea, el Club de Buceo Scorpora y el Instituto de Ecología Litoral. Paralelamente a la exposición, que está acompañada por diagramas explicativos sobre los daños que pueden producir dichos residuos al ecosistema marino, y que ya está siendo visitada por los escolares de Altea, se imparten conferencias encaminadas a la concienciación de los usuarios de embarcaciones deportivas, trabajadores de la mar, y toda persona que acude a las playas, enseñando las buenas prácticas en la pesca, tanto recreativa como profesional, y sobre como cuidar el entorno.
Ayer se inauguró la exposición de los residuos con la asistencia del concejal de Medio Ambiente, Jaime Sellés; la representante del Instituto de Ecología Litoral, Ana Codina; el vocal de Medio Ambiente de la junta directiva del C.N. Altea, Alberto Gaforio; y un grupo de 20 estudiantes de Primaria de centros escolares de Altea. Sellés agradeció la labor «constante» del Club Náutico Altea en la concienciación y educación ciudadana para que cuiden el entorno, Codina aseveró que el fondo marino del Parque Natural Sierra Helada «tiene cada año menos residuos», y Gaforio explicó que en la jornada de limpieza se recogieron dos contenedores de residuos, «con muy poco recogido en el mar, pero mucho material en las calas y playas».
No todo es biodegradable
La exposición, pionera en el sector de los clubes náuticos, explica detalladamente las características de cada tipo de residuo encontrado y el tiempo que necesita para disolverse en el mar. Contrariamente a lo que se piensa, no es biodegradable todo lo que parece. Así, mediante dicha exposición se puede saber que un simple tique de autobús se disuelve a las cuatro semanas de echarse al mar, que una cuerda tarda 14 meses, o que un jersey de lana se disuelve en un año. La muestra también explica que una lata de refresco tarda de 200 a 500 años y que las botellas de plástico se disuelven en 450 años. Curiosamente, las colillas son peligrosas para la fauna marina y pueden contaminar ocho litros de agua marina, y las cajas de madera son peligrosas porque ponen en peligro la biodiversidad.