Envase o no envase, reciclado, reciclable, reutilizable … cuál es la cuestión

Publicado el: 29 de junio de 2011 a las 09:30
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Envase o no envase

Muchos de los productos que consumimos desde comida hasta medicamentos o juguetes se transportan, almacenan, conservan y presentan mediante un envase de vidrio, de cartón, de plástico … Tras una compra resulta desesperante la gran cantidad de residuos que se generan inmediatamente, la mayoría derivados de los envases. Aunque los separemos y reciclemos correctamente, su uso masivo es un reto a superar.

Pero un envase es más que eso. Aunque su función principal es contener, tienen en ocasiones un impacto ambiental más grave que el propio producto dado la gran cantidad de material con el que están fabricados y la dificultad de su tratamiento final.



De envases hay de diversos tipos. Unos sencillamente contienen, otros conservan o protegen y otros son el elemento central de marketing. En cada caso, el uso del embalaje resulta más o menos justificable. Algunos acompañan al producto que contienen hasta el final, mientras que otros sólo son necesarios para su transporte, almacenamiento y presentación en tienda. ¿Hace falta un envase de plástico para contener unas pilas que ocupa 10 veces el volumen de éstas? ¿O una tarjeta de memoria de una cámara? ¡Un envase que además hay que abrir con tijeras y manteniendo la calma! ¿Realmente se necesitan estos envases tan aparatosos y difíciles de retirar? O ¿sólo sirven para poder colgar estos productos en las tiendas? En este caso la reflexión se encuentra en la fase de concepto, en el momento de pensar los productos y sus envases asociados desde un principio.

Reducción, reutilización i reciclabilidad



La reducción del impacto ambiental de los envases es una de las estrategias y acciones específicas de mejora asociadas al ecodiseño. Consiste principalmente en la reducción de peso y volumen, en la utilización de materiales reciclados, en la reutilización de envases y en su posterior reciclabilidad. ¿Quién no ha reutilizado un envase de vidrio de Nocilla como vaso? Los envases de vidrio, en muchos casos, permiten su reutilización para otros usos domésticos. Otras experiencias de reutilización consisten en aprovechar el envase del producto como un nuevo producto con otro uso. Este es el caso del producto Cavallum de Ciclus, una caja de vino que una vez ha cumplido su función (trasladar y proteger la botella de vino) se convierte en lámpara.

Por otra parte, el reciclaje artístico también supone una opción para evitar la eliminación final de ciertos envases, transformándolos en nuevos objetos más o menos funcionales. Este es el caso de la TetraBox Lamp, una lámpara creada por el diseñador Ed Chew a partir de tetrabricks en desuso. Aunque esta última alternativa resulta anecdótica, no se pueden menospreciar estas iniciativas que muestran que la materia prima no debe ser siempre virgen, y que un objeto o material sólo pasa a ser un residuo cuando dejamos de darle un uso. Mientras lo tenga, será útil y continuará circulando.

El uso de materiales reciclados o biodegradables es otra estrategia muy extendida en el mundo del embalaje. Diseñar los envases desde su fase de concepto pensando en todos estos aspectos es muy importante para reducir considerablemente su impacto pero estas opciones, a pesar de ser más sostenibles y lógicas, no resultan suficientes, hay que ir aún más allá. Por ejemplo, si un envase es biodegradable es evidente que se reduce considerablemente el impacto ambiental asociado a su eliminación final, pero éste continúa impactando negativamente a nivel ambiental con la generación de metano, su putrefacción, etc. Y la reciclabilidad también es una buena alternativa, pero implica la aceptación de la existencia de un residuo a reciclar.

En definitiva, se precisan planteamientos innovadores que permitan avanzar hacia nuevos conceptos de envases que cambien paradigmas y que hagan posible que éstos cumplan correctamente y aún mejor su función, sin necesidad de impactar tanto a nivel ambiental. Quizás la primera pregunta que debe hacerse un fabricante y un diseñador a la hora de pensar en el envase de su producto es: ¿es necesario realmente un envase? ¿El propio producto no puede ser su envase? A partir de ahí, la aplicación de estrategias de diseño para el reciclaje, la reciclabilidad y la reutilización son de gran importancia a nivel ambiental.

¿Y si los envases fueran invisibles? ¿Y si no generasen residuos, si desaparecieran una vez utilizados?
En el caso de los alimentos, los envases tienen una función de gran importancia ya que hacen posible que estos se conserven mejor durante más tiempo. Aunque hemos resaltado la gran cantidad de residuos asociados a los envases, no hay que perder de vista los alimentos que acabamos tirando y que no consumimos finalmente por una conservación incorrecta. En este sentido, cualquier innovación que mejore los envases con este objetivo también tiene un gran valor ambiental. Destaca el caso de La Morella Nuts SA, empresa que investiga la aplicación de películas comestibles como protección de los alimentos. Concretamente, su experiencia se centra en los frutos secos, mediante la aplicación de un film superficial que permite preservar el alimento y alargar su vida útil sin disminuir sus características organolépticas. Este envase «invisible y comestible» es soluble en agua y supone una opción muy innovadora a los envases a los que estamos acostumbrados hasta el momento. Esperemos a ver si su implementación en el mercado acaba definiendo como una realidad y ejemplo a seguir.

De momento, sin embargo, la innovación ambiental del embalaje se centra, como ya se ha citado anteriormente, en la reciclabilidad, la reutilización y la reducción de volumen y materiales. Algunos fabricantes son conscientes de su responsabilidad en este campo y buscan opciones atractivas para resolver este reto ambiental; que además los posiciona como empresas sostenibles y más competitivas en un mercado cada vez más sensible al respecto. De hecho, la mejor opción en cada caso debería basarse en los resultados del análisis del ciclo de vida global del envase, ya que dependiendo del caso, la solución ambiental puede ser una u otra. La herramienta online Comparative Packaging Assessment (Compass), impulsada por la plataforma empresarial Sustainable Packaging Coalition (organización americana que promueve envases más ecológicos), permite medir el consumo de recursos, la emisión de gases de efecto invernadero, la utilización de materiales innovadores, reciclados y reciclables, y la generación de residuos sólidos. Este programa permite que los diseñadores de envases y embalajes tomen las decisiones adecuadas para reducir el impacto ambiental asociado a los mismos.

¿Y si los envases fueran reciclables e incluso compostables? (Material 100% reciclable y reutilización)

En Estados Unidos 106.000 latas de aluminio se eliminan cada 30 segundos. En respuesta a estos datos empiezan a aparecer experiencias innovadoras centradas en la reducción del impacto asociado a este envase con una vida útil tan breve. Por un lado, Ecodrinking Can consiste en una lata con un cierre que permite rellenarla las veces que queramos. Está fabricado con ácido poliláctico (PLA), un termoplástico con propiedades similares al PET, pero que además es biodegradable. Proviene de almidón de trigo natural, un material ecológico que utiliza recursos renovables. Este material natural tiene las propiedades del plástico, pero no los efectos negativos del petróleo. Además, la emisión de dióxido de carbono durante su producción también es inferior que en el caso del plástico de petróleo. Su diseño térmico de doble pared permite su uso con bebidas tanto frías como calientes. Este diseño ganó el Premio de Diseño iF de China 2010. En este caso, pues, el propio producto consiste en un envase que rompe con el impacto ambiental habitual de las latas de aluminio, proponiendo una opción de contener cualquier líquido sin necesidad de tirarlo una vez usado.

Por otra parte, Haoshi Studio, en cooperación con PLA Studio, han creado también un nuevo tipo de lata fabricada, como en el caso anterior, a partir de ácido poliláctico (PLA), que además también se puede abrir y cerrar y utilizar numerosas veces. Más allá de estos dos casos, un paso adelante interesante sería que muchas marcas de refrescos y bebidas se plantearan fabricar latas de manera que se pudieran rellenar, porque si lo pensamos fríamente: ¿qué sentido tiene fabricar un envase como una lata a partir de un material como el aluminio, muy costoso de extraer y muy contaminante en su eliminación final?

Una marca de refrescos que ha seguido esta estrategia ha sido Pepsi, que está trabajando en una experiencia piloto para producir un nuevo envase de materiales vegetales a partir del 2012. De momento, los materiales utilizados son la hoja de trigo, hierba y corteza de pino, aunque también se está probando con piel de patatas y naranjas, así como algunos desechos agrícolas.

Otro ejemplo de material reciclable en embalaje es la apuesta que impulsa Dell. Esta empresa está experimentando con diversos materiales naturales (como las setas, el algodón, el arroz, la paja de trigo, bambú, etc.) para aplicarlos a los envases de sus productos. De hecho, Dell plantea que el 75% de sus envases sean reciclables en el horizonte del 2012. Además, la producción de estos envases necesita un 98% menos de energía que la espuma de poliestireno clásico.

La reducción de volumen en envases para alimentos (Reducción de volumen)
Varios minoristas como Walmart, Mark & Spencer, Mercadona, Carrefour, etc. están trabajando en la reducción del impacto asociado a los envases de sus productos, pero no sólo ambiental, también económico. La reducción de volúmenes y pesos en los envases de sus productos llegan en muchos casos desde un 69% a un 90%, mejorando además el periodo de conservación de lo que contienen, en el caso de los alimentos. El año 2010 Mercadona invirtió en algunas acciones que no sólo suponen una mejora ambiental sino que le han permitido mejorar sus resultados económicos con ahorros muy considerables (la eliminación de bandejas y film, y el servicio a granel de fruta y verdura ha permitido reducir los costes en 175 millones de euros; la reducción del aire de los envases de cereales y frutos secos ha disminuido los costes en 0,9 millones de euros, etc.)

A nivel más conceptual, resulta interesante un diseño de Liu Yi, Jiang Yuning & Luo Jing, que consiste en un envase para fideos condimentados que reduce considerablemente su volumen antes y después de su uso dado su sistema de acordeón.

¿Cómo reinventar una caja de zapatos y una botella de jabón? (Reducción de material y reutilización)

Esta fue una buena práctica que publicamos en Sostenible.cat hace aproximadamente un año. En el caso de PUMA, su objetivo era rediseñar la caja tradicional de zapatos, reduciendo la cantidad de cartón en un 65% y generando una única pieza muy fácil de reciclar y transportar.
Por otra parte, Sanex Zero% también ha reducido el uso de plástico en un 73%. En ambos casos, la estrategia ambiental ha sido la reducción de material necesario para la fabricación de los envases. Diseñadores y fabricantes tienen un importante papel en la innovación ambiental aplicada al packaging, ha quedado claro. Pero nosotros, como consumidores, también tenemos una responsabilidad que debemos asumir. Escoger los productos que compramos evaluando su embalaje y el impacto ambiental asociado es un criterio que debemos incorporar a la hora de consumir. Exigir un packaging más inteligente, más limpio, menos contaminante, más lógico … es nuestra obligación y nuestra oportunidad. Aprovechémosla.

www.sostenible.cat

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