El objetivo de la entidad es seguir trabajando intensamente con el ánimo de alcanzar mayores cotas de reciclado en nuestra comunidad, que en estos momentos se sitúan en tan solo el 10 por ciento, por debajo de las medias estatal y europea, aspirando el nuevo Plan de gestión de Residuos urbanos 2010-2020 a elevarlas hasta alcanzar el 30 por ciento.
Para ello, esta empresa pública, en colaboración con la Consellería de Medio Ambiente, prevé reforzar las campañas de concienciación orientadas a los diferentes sectores sociales con la pretensión de que cada vez sean más los ciudadanos que opten por colaborar desde el hogar, seleccionando los residuos y depositándolos en los contenedores adecuados.
Si bien son los propios ayuntamientos los que se encargan de gestionar directamente el papel/cartón, el vidrio y las pilas, los municipios adscritos a Sogama remiten la denominada bolsa amarilla a las instalaciones de esta Sociedad, previo paso por las correspondientes plantas de transferencia, donde se trasvasa a contenedores de gran capacidad para luego ser trasladada al Complejo Medioambiental de Cerceda. Allí, los residuos se clasifican de forma automática por tipologías, a través de lectores ópticos, electroimanes, corrientes de Foucault y ciclones aspiradores, prensándose y embalándose para ser destinados a la industria transformadora, donde son convertidos en nuevos artículos.
ERRORES MÁS FRECUENTES
Maceteros, cubos, tuberías de desagües, sillas, señales de tráfico, baldosas, paneles, textiles, etc, constituyen, entre otros, algunos de los productos que podemos obtener a partir del reciclado de envases y envoltorios plásticos. Los metálicos son sometidos a un proceso de refundición para fabricar nuevos envases y otro tipo de piezas, y los briks, dado su carácter mixto (están conformados por papel, aluminio y plástico) entrañan mayores dificultades, existiendo dos alternativas de aprovechamiento: separar los distintos elementos para utilizar las fibras de cartón en la fabricación de nuevos artículos de papel reciclado (bolsas, sacos, hueveras, etc), valorizando energéticamente el resto, o bien triturar los briks en su integridad, convirtiéndolos en una masa que se calienta y prensa, actuando el plástico como pegamento entre los distintos componentes. De esta forma se obtiene una plancha de aglomerado, resistente e impermeable, que sirve para fabricar muebles, suelos, paneles, maletas, etc.
No obstante, para que esto sea posible, se precisa una correcta selección en origen por parte de la ciudadanía. El porcentaje de impropios introducidos en el contenedor amarillo se sitúa en más de un 30 por ciento y uno de los mayores equívocos deriva de asociar cualquier plástico a este recipiente, cuando en realidad tan solo deben depositarse en el mismo los envases y envoltorios plásticos, no teniendo cabida, por ejemplo, una percha, un juguete, un cepillo de dientes, una cinta de vídeo o un enchufe.
Mientras que los elementos de mayor tamaño suelen someterse a un reciclado mecánico mediante la trituración de los envases y la fundición de las escamas resultantes, obteniendo unos gránulos denominados granza, que se utiliza en la fabricación de nuevos objetos plásticos, para los envases que contienen una mezcla de plásticos difíciles de separar se prefiere el reciclado químico, descomponiendo el material en sus unidades más pequeñas (polímeros). Es como si se diese marcha atrás al momento de su fabricación, consiguiendo de esta forma la materia prima básica.
BENEFICIOS ECONÓMICOS PARA LAS ARCAS LOCALES
Más allá de la incidencia ambiental del reciclaje, cuyos beneficios son incuestionables a través del ahorro de materias primas vírgenes y energía, no deben perderse de vista las ventajas económicas para las arcas locales. Y es que cuanto mejor se haga la recogida selectiva, mayor cantidad y calidad de los materiales desviados a reciclaje, recibiendo los ayuntamientos más ingresos por parte de los Sistemas Integrados de Gestión, con la particularidad de que depositarán menos desechos en los contenedores convencionales, reduciendo el importe de la factura que deben pagar a Sogama por la gestión y tratamiento de la denominada bolsa negra (desechos orgánicos y no reciclables).
Saludos, Departamento de Comunicación
Mª Esther Campos Mosquera
Responsable de Comunicación
Sociedade Galega do Medio Ambiente, S.A (SOGAMA)