En España El proceso de gestión de los aparatos eléctricos y electrónicos de estos desechos, consta de cuatro fases. La primera es la recogida a la que le sigue un pretratamiento, para finalizar en el reciclaje y la revalorización de cada uno de los materiales contenidos en los RAEE.
La correcta gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) es fundamental para la protección del medio ambiente, especialmente en un entorno donde este tipo de deshechos no paran de aumentar.
¿Qué pasa con los RAEE en España?
En el marco del Día Internacional de los Residuos Electrónicos, que tendrá lugar el próximo 14 de octubre, Movilex, empresa española especializada en la gestión de RAEE, refuerza su compromiso con la formación y educación de la sociedad en torno al ciclo de vida de estos residuos y con la economía circular.
«Es fundamental que, como consumidores, entendamos el papel crucial que jugamos en el ciclo de reciclaje de los aparatos electrónicos. Al participar en la correcta gestión de estos residuos, no solo evitamos que materiales peligrosos terminen en el medio ambiente, sino que también contribuimos a un modelo más sostenible y responsable del manejo de los recursos», comenta Luis García-Torremocha. Por ello, la empresa recuerda a los ciudadanos cómo se lleva a cabo el proceso de reciclaje de estos desechos que se estructura en cuatro fases:
Recogida y almacenamiento
La recogida es el primer paso para garantizar el reciclaje de estos aparatos. Los ciudadanos pueden contribuir depositando estos residuos en contenedores específicos ubicados en supermercados, grandes superficies y pequeños comercios.
Además, los distribuidores de aparatos eléctricos y electrónicos están obligados a aceptar estos residuos cuando el consumidor adquiere un producto nuevo. En el caso de establecimientos de más de 400 m², deben recibir aparatos de menos de 25 cm sin necesidad de realizar una compra.
Tras la recogida, los RAEE son transportados a los Centros de Almacenamiento Temporal (CATs) de la empresa o directamente a sus plantas de tratamiento especializadas, dependiendo del tipo de residuo y su composición. En los CATs, los residuos son pesados para llevar un control preciso de las cantidades que serán tratadas posteriormente.
Clasificación y pretratamiento
En los CATs, los RAEE se clasifican inicialmente entre gran aparato eléctrico y electrónico (GAEE) y pequeño aparato eléctrico y electrónico (PAEE) y, en ocasiones, también por tipo de producto. Después de esta clasificación, los residuos se trasladan a las plantas donde se llevan a cabo procesos avanzados para separar componentes peligrosos de los reciclables. Por ejemplo, las luminarias son enviadas a la planta de Portugal para su tratamiento especializado.
Este pretratamiento tiene como objetivo maximizar la tasa de recuperación, separando los materiales que no pueden ser reciclados de manera eficaz para asegurar un proceso eficiente.
Desmantelamiento y separación
Una vez en las instalaciones, los RAEE que han pasado por el pretratamiento son desmantelados meticulosamente. Cada aparato se desmonta cuidadosamente para acceder a sus componentes internos.
En función de su tipología, se aplican procesos de reciclaje específicos: algunos pasan por maquinaria especializada adaptada a sus características, mientras que otros se tratan manualmente. Durante este proceso, se realiza una segunda clasificación de las piezas, lo que permite identificar materiales que requieren un tratamiento especializado.
Este enfoque detallado asegura una mayor pureza en los materiales reciclados, mejorando la calidad del reciclaje y aumentando la eficiencia en la recuperación de recursos valiosos.
Revalorización de los materiales
En la fase final del proceso, se extraen materiales valiosos como el oro, cobre, plata y aluminio. Estos materiales son cuidadosamente separados y refinados, y luego vendidos a empresas que los reutilizan en la fabricación de nuevos productos.
Este proceso no solo ayuda a reducir la demanda de recursos vírgenes, sino que también disminuye las emisiones de CO₂ asociadas con la extracción minera. Gracias a esta revalorización, contribuimos de manera tangible a la economía circular y a la protección del medio ambiente.
Según el informe que recientemente presentó “The Global E-waste Monitor 2020” y que fue elaborado por la Universidad de las Naciones Unidas, la UIT y el Programa SCYCLE de UNITAR, hasta un 85% de los materiales contenidos en los RAEE pueden ‘potencialmente’ reciclarse.