Un equipo internacional de investigadores ha publicado en la revista Osteoporosis International un estudio que revela un hallazgo inquietante: la presencia de microplásticos en el tejido óseo humano.
Este descubrimiento amplía el conocimiento sobre la extensión de la contaminación plástica en el cuerpo y plantea nuevas preguntas sobre sus posibles efectos en la salud.
Hasta ahora, los microplásticos se habían detectado en órganos como los pulmones, el hígado, el corazón, la sangre y la placenta. Sin embargo, esta es la primera vez que se confirma su presencia en huesos humanos, lo que sugiere que estas partículas pueden integrarse en los tejidos más duros del organismo.
Microplásticos que ya llegan a los huesos
El estudio ‘Efectos de los microplásticos en los huesos: una revisión exhaustiva’, publicado en la revista científica Osteoporosis Internacional, ha confirmado por primera vez la presencia de partículas de plástico en el tejido óseo humano y ha alertado sobre los efectos en la salud, como el envejecimiento de las células.
Los investigadores aseguran que los microplásticos provocan que las células «pierdan la capacidad de regenerarse», lo que causa fragilidad y disminución de la densidad ósea conduciendo a la osteoporosis, además de inducir estrés oxidativo -que puede producir cáncer- e inflamación.
El estudio define el hueso como un órgano endocrino conformado por un «tejido vivo, dinámico y metabólicamente activo» que es capaz de secretar hormonas y otras sustancias bioactivas , más allá de su competencia tradicional como un reservorio de calcio y fósforo.
Por ello, ayuda en el «desarrollo de funciones esenciales como la homeostasis» o capacidad de autorregulación del organismo para mantener su equilibrio con independencia de los cambios que se puedan producir en el exterior.
Además, los huesos «coordinan la actividad de los órganos», lo que garantiza su correcta función fisiológica y la adaptación a diferentes enfermedades.
El estudio nació de la preocupación por la escasa exploración que existe sobre el impacto de la acumulación de microplásticos y nanoplásticos en los huesos y en la médula, así como su relación con enfermedades óseas como la osteoporosis.
Disruptores endocrinos
Ecologistas han recordado que el plástico contiene y libera «multitud de disruptores endocrinos», casi 50 de ellos reconocidos por la Unión Europea, cuyas sustancias alteran el sistema hormonal.
Más de 4.200 de estas sustancias son «altamente peligrosas por sus efectos tóxicos» y 1.500 se consideran cancerígenas, mutágenas y tóxicas para la reproducción. «La comunidad científica alerta de que respiramos el equivalente a una tarjeta de crédito de plástico cada año» y de la presencia de estas materiales en «la placenta humana o el cerebro», apunta la ong ecologista.
Este hallazgo refuerza la urgencia de abordar la contaminación plástica desde una perspectiva global. Los autores del estudio destacan que los microplásticos no solo representan una amenaza ambiental, sino también un riesgo emergente para la salud pública, cuyo impacto a largo plazo podría ser más profundo de lo que hasta ahora se había imaginado.
En lo que respecta a exposición humana, se estima que la ingestión diaria de estos microplásticos puede superar los 883 partículas en adultos, y unos 553 partículas en niños, a través de los alimentos. EFE / ECOticias.com