El consumo está muy presente en nuestras vidas. Casi cada día compramos alguna cosa: alimentos, ropa, productos de limpieza… Si gastamos dinero en todo tipo de productos, ¿por qué no hacerlo apoyando un sistema de comercio que sea sostenible y justo para todos los implicados?
El Comercio Justo es una herramienta básica que los ciudadanos tenemos a nuestro alcance para combatir la grandísima desigualdad que existe entre lo que pagan los consumidores y lo que reciben los pequeños productores y productoras por su trabajo. ¿Por qué? Porque garantiza que estos millones de personas recibirán una recompensa justa por su trabajo.
¿Y cómo lo hace? Principalmente, a través de un mercado protegido con unos precios mínimos que permiten a los pequeños productores y productoras vivir dignamente y con aportaciones a planes de desarrollo que ayudan a mejorar sus condiciones laborales.
Además, esto también implica conseguir que se respete a todas las personas: las organizaciones de personas productoras deben comprometerse a no discriminar a nadie por razones de género, de religión ni de ningún otro tipo y a respetar el medio ambiente y los derechos de la infancia.
Los ciudadanos debemos apoyar e impulsar el Comercio Justo
El consumo de productos con certificación de Comercio Justo (Fairtrade) en España ha alcanzado los 150 millones de euros en 2024, lo que supone un incremento del 15 % respecto a 2019, pero sigue muy por debajo de la media europea. Las cifras aparecen en el informe anual de resultados de Fairtrade Ibérica, la organización que representa el sello de comercio justo en España y Portugal, un análisis al que ha tenido acceso EFE.
Fairtrade es la certificación líder de productos de Comercio Justo que representa a 1,9 millones de productores y trabajadores de todo el mundo, y vende en 131 países, con sellos en más de 37.000 productos. El objetivo de la organización es empoderar a los productores, trabajar con empresas y sensibilizar a los consumidores para conseguir un mundo más justo y sostenible.
En concreto, España ha registrado una media de 3,07 euros de consumo per cápita, una cifra muy inferior a la media europea, situada en 23,40 euros en países como Alemania, Reino Unido o Bélgica. La cesta de la compra de comercio justo en España está compuesta fundamentalmente por cacao (70 %), seguido del café (5 %); aunque también se compra azúcar, té y frutas frescas.
El director de Fairtrade Ibérica, Álvaro Goicoechea, ha explicado que la razón por la que España registra una media «siete veces inferior» a la europea es porque la sostenibilidad «ha llegado un poco más tarde que en el resto de países europeos». «Nosotros en España tenemos veinte años de existencia, mientras que en el resto de países ya están celebrando un 30 o 35 aniversario», ha añadido.
Poca informacion y promoción
Otra de las causas principales para el bajo consumo en productos de Comercio Justo es la falta de información acerca de ese tipo de alimentos, principalmente por la «falta de formación en escuelas y universidades».
«El consumidor no está completamente concienciado de la cantidad de sellos que hay en los paquetes, y no saben identificar qué significa cada uno», según Goicoechea. Ha agregado que «este sello defiende que se cumplan los requisitos mínimos económicos y de derechos humanos, y eso la gente no lo conoce«.
Para atajar esta situación, Goicoechea ha invitado a los consumidores a darle la vuelta al envase y leer el texto que lo identifica. «Con esa información, que decidan según su ética, sostenibilidad o su bolsillo comprar o no unos productos que defienden que la cadena de prescripción sea transparente«, ha puntualizado.
Trabas burocráticas a las iniciativas españolas
El director de Fairtrade Ibérica ha subrayado la «necesidad» de unas leyes que obliguen a las empresas a ser más sostenibles, sin embargo en España «están un poco colapsadas» por la cantidad de directivas y cambios.
«Desgraciadamente las empresas están más preocupadas en la parte burocrática, que en como cambiar los sistemas para ser sostenibles«, ha lamentado Goicoechea. Además ha señalado que la distribución española «apuesta sobre seguro» en comparación con los demás países de Europa, que «son más arriesgados en sostenibilidad».
El sello Fairtrade
Además del gran crecimiento del cacao, el café o el azúcar en los últimos años, Goicochea ha notado que el algodón es «otro sector que está creciendo bastante».
Y aunque España actualmente solo trabaja con materias primas producidas en los países del sur, como el café o el cacao, el director de Fairtrade es optimista sobre el futuro del sello.»Creo que hay una oportunidad de poder ampliar la gama y ofrecer muchos más productos de los que ofrecemos hoy en día, en un plazo medio de tiempo», ha concluido. EFE / ECOticias.com